Pese a la pandemia de la Covid-19 y a que Puebla se encuentra en semáforo rojo, algunos poblanos conservaron este año la tradición del Día de la Candelaria; de comprar tamales y desayunar acompañándolos de un atole.
En algunos puntos de la capital de Puebla, vendedores de tamales registraron una buena afluencia de poblanos, incluso se vio un poco de más gente que en otros días.
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De mole, dulce, rajas, jarochos y hasta canarios, se ofertaron entre ocho y 15 pesos. La mayoría los que se formaban pedían sus alimentos para llevar para poder degustar en la comodidad de su casa y con la seguridad de no exponerse.
Hay que recordar que cada dos de febrero se celebra el día de Nuestra Señora de la Candelaria, fecha en la que fieles católicos acuden a las iglesias a presentar a sus niños Dios y a quienes le salió muñeco en las partidas de rosca, deben invitar los tamales.
Por Itzel Valencia
