La Segunda Guerra Mundial es uno de los acontecimientos históricos más dolorosos para la humanidad; sin embargo, ese periodo dejó afortunadamente momentos de esperanza y personajes de gran valor. Uno de ellos es el poblano Gilberto Bosques Saldívar, quien con gestiones diplomáticas, recursos propios y mucho valor, salvó a 40 mil personas que eran perseguidas por los nazis.
Este día, en el marco del 130 aniversario del natalicio del que fuera un destacado diplomático mexicano, se realizó una sesión solemne en su honor en el Congreso del Estado de Puebla. Se recordó su obra y ayuda a los que en ese entonces – entre 1940 y 1945 – fueron víctimas del exterminio nazi.
Gilberto Bosques, originario de Chiautla
El 20 de julio de 1892, en Chiautla de Tapia, Puebla, nació Gilberto Bosques. Precisamente este día, 130 años después de su llegada al mundo, se publicó una licitación del Gobierno de Puebla en la que se revela que será construida una plaza en su honor en ese municipio.
Sus padres fueron Cornelio Bosques y María de la Paz Saldívar. Se formó como docente, pero también fue un destacado periodista, político y diplomático.
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Mucho antes de sus contribuciones en la Segunda Guerra Mundial, Gilberto Bosques fue un activo revolucionario, pues peleó en las primeras rebeliones que se dieron en Puebla, específicamente al lado de Aquiles Serdán.
Tras el término del Porfiriato y en el naciente México post revolucionario, Gilberto Bosques inició su carrera como político. Al menos 15 años sirvió en la función pública en diferentes cargos. Trabajó destacadamente en la Secretaría de Educación y en organismos de formación a favor de las mujeres.
¿Cómo ayudó Gilberto Bosques a 40 mil personas en la Segunda Guerra Mundial?
En el año de 1939 el presidente Lázaro Cárdenas lo designó como cónsul general de México en París, Bayona y Marsella. En ese año, dos hechos clave se registraron en Europa, por un lado, España caía ante la dictadura de Francisco Franco y la Segunda Guerra Mundial se desataba en Europa Central con el avance de las tropas alemanas y sus aliados, que simpatizaban con la ideología radical de Adolf Hitler.
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Como diplomático mexicano su misión en esa posición era auxiliar a los connacionales que estuvieran en Europa a regresar al país ante el inestable escenario que ahí se vivía o salvaguardarlos; sin embargo, ante los horrores que se vivían en general en el Viejo Continente, Bosques Saldívar – descrito por historiadores como un hombre de espíritu humano – ayudó a mucha más gente.
Actualmente, se sabe que dio protección y la oportunidad de vida a 40 mil refugiados de todas partes de Europa, principalmente a quienes eran perseguidos por el nazismo, pero también a españoles que fueron víctima, de las vejaciones de la dictadura franquista.
Lo que hizo fue generar visas humanitarias para esas 40 mil personas que pudieron llegar a México. A ellos se les ofreció residencia en el país y eventualmente la nacionalidad mexicana.
Si bien su labor fue noble, las posiciones proalemanas en Italia, incluso en regiones de Francia y en Japón, le valieron hostigamiento y persecución, fue aprisionado injustamente en 1940 al interior de un hotel alemán al que fue trasladado desde el país galo. Pudo regresar a México en 1941.
Su tarea ha sido comparada con la realizada por el empresario alemán Oskar Schindler, quien salvó a mil 200 judíos del exterminio nazi al emplearlos en su fábrica aunque eso lo llevó a la ruina económica.
Gilberto Bosques murió en la Ciudad de México el 4 de julio de 1995 a la edad de 102 años.