Una derrama superior a los cuatro millones de pesos diarios se ha registrado en Tijuana, Baja California, en los últimos cinco días, gracias a la visita de cientos de residentes de otros estados que llegan a la ciudad para vacunarse contra la COVID-19, aseguró Carlos Cruz Anchundia, presidente del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana.
“Creemos que estamos recibiendo unas 200 personas por día. Estos turistas tienen un gasto promedio de alrededor de 20 mil pesos por persona”, expresó.
Aclaró que es una cifra prudente de turistas, “los consideramos así porque están haciendo uso de pasajes aéreos, hoteles, transporte terrestre, restaurante, e incluso, algunos están visitando Rosarito, Puerto Nuevo y el Valle de Guadalupe”.
Desde la semana pasada, Baja California, se convirtió prácticamente en un atractivo turístico nacional por la vacuna contra la COVID-19.
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En los últimos cinco días se reportó una gran demanda de boletos de avión para viajar a Mexicali y Tijuana, con la finalidad de obtener la inmunización contra el coronavirus.
Los vuelos varían en precio: hasta ayer había viajes redondos desde la CDMX que alcanzaban los 11 mil pesos aunque, y podían hallarse algunos desde dos mil.
En los 16 centros de vacunación de alta eficiencia tienen la instrucción de la Secretaría de Salud estatal (SS) de vacunar a cualquier persona de 18 años en adelante, con el biológico Johnson & Johnson, donado por Estados Unidos a México para lograr la reapertura de la frontera.
El día que se inició la megajornada, el pasado 17 de junio, el secretario estatal de Salud, Alonso Pérez Rico, aclaró que la vacunación sería abierta para todos, residentes o no. “Hasta los migrantes”, dijo. Incluso, una vocera de la SS confirmó a El Heraldo de México que “a nadie se le niega la vacuna, ni a extranjeros”.
Tras el anuncio, esa noche comenzaron a llegar procedentes de otros estados varios jóvenes y adultos, ya que en sus municipios de origen la vacunación va en los rangos de 50 a 59 años y 40 a 49 años.
Gabriela Uribe Camacho hizo un viaje relámpago de la CDMX a Ensenada, su tierra natal, para inmunizarse. Es pasante de Derecho, labora en juzgados y estudia en la UNAM. Su mamá le avisó de la vacunación en la entidad donde nació hace 24 años.
Contrajo el coronavirus en febrero y para sentirse más segura, hizo el viaje. “Mi mamá me habló y me dijo, pues vente, de eso a que te dé otra vez la COVID, por lo expuesto que estoy aquí en la ciudad, la escuela, y aparte mi trabajo, pues, más por seguridad mía y porque no veía yo pronto una jornada aquí ”.
A las ocho de la mañana del viernes llegó en auto a El Ciprés, uno de los tres centros en Ensenada, previo registro. No le pidieron más que su comprobante y en 33 minutos ya tenía su dosis única. El mismo día regresó. Tuvo fiebre y dolor de cuerpo en el vuelo, pero nada más.
Admitió que el gasto en avión fue mayor: desembolsó nueve mil pesos, cuando lo usual es cuatro mil por el viaje redondo. Aun así, le pareció bien vacunarse en su país, pues supo de muchos amigos que cruzaron a EU para vacunarse.
Carlos y Vanesa Franco, de 30 años de edad, residentes de Colima, llegaron el miércoles por la noche Tijuana. Del aeropuerto internacional Abelardo L. Rodríguez, se fueron a formar directo al centro de vacunación de la Universidad Autónoma de Baja California, a cinco kilómetros de distancia.
Ellos regresaron el viernes en vuelo de la medianoche. “Sólo tenían dolores en el brazo”, dijeron por teléfono a sus familiares.
Por @MTPNoticias
Crédito: El Heraldo
Foto: Cuartoscuro