Frida Sofia Lima Rivera dejó su natal Tlacotepec de Porfirio Díaz, en la Sierra Negra de Puebla a finales de 2012 para mudarse a la Ciudad de México a “probar suerte”.
Tenía 21 años de edad cuando llegó a vivir a Iztacalco, en un departamento cerca del edificio donde rentaba Miguel Cortés Miranda. No pasó un año cuando se hicieron amigos.
Él trabajaba en Orthin Laboratorio, una empresa de análisis especializados que procesan muestras de todo el país, y que se ubicaba en la misma zona.
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Para marzo de 2013, ambos se intercambiaban mensajes mutuamente a través de Facebook. Se habían conocido y entablaron una amistad.
El 21 de agosto de ese mismo año, Frida compartió en su Facebook una foto junto a Miguel Cortés Miranda y George, amiga de ambos.
En esa ocasión, la poblana hizo referencia a él como su “padre” y a ella como su “prometida”. Los mensajes de cariño eran de ida y vuelta.
En septiembre de ese mismo año, ambos viajaron a la Feria de Cholula en Puebla. Según las fotografías que difundieron, se subieron a los juegos.
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Según información recabada por ‘La Marla Sabrina’, él le regaló a ella en esos tiempos el libro ‘El Perfume: historia de un asesino (1985)’ el cual narra la historia de un asesino serial que, mediante un proceso químico, extrae el aroma de los cadáveres en descomposición, llevado al cine en 2006.
Frida Sofía: ¿por qué se sospecha que es víctimas del feminicida serial de Iztacalco?
Para abril de 2014, ya no intercambiaban mensajes en sus muros de Facebook. Únicamente había indirectas y palabras como “te extraño”, “todo acaba”.
El 07 de diciembre de 2013 a las 3:57 de la tarde, Frida Sofía Lima Rivera hizo su última publicación en Facebook con una imagen de Enrique Bunbury con el mensaje: “No vuelvo por donde vine, nunca miro atrás…”.
Pasaron los días y nunca más se supo de ella.
Su familia de Tlacotepec tuvo que viajar a la Ciudad de México para buscarla debido a que ya no respondía los mensajes ni las llamadas.
El 7 de febrero de 2014, la familia reportó la desaparición en la Fiscalía y como ocurre en estos casos de desaparición, la salida fácil que le dieron a la familia ahí fue que seguramente se había ido con el novio y pronto regresaba.
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No tuvieron más que emitir la ficha de búsqueda con sus características en esa ocasión, pero nadie dio razón y la fiscalía local hizo poco o nada por encontrarla.
No se sabe si el “mejor amigo” o novio en ese entonces de Frida Sofía fue citado a declarar por su desaparición o no.
Nadie sabe dar cuenta cómo es que no dieron antes con este presunto feminicida y tuvo que matar otra víctima para quedar al descubierto pues el 16 de abril pasado, entró a la casa de la adolescente María José, aprovechando que estaba sola para atacarla sexualmente y matarla.
Fueron los vecinos de Iztacalco quienes lo entregaron a la patrulla y en una revisión en su departamento, hallaron cráneos, además de un diario en que el supuestamente narra cómo cometía los feminicidios en total impunidad.