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Hoy se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas

GUADALAJARA, JALISCO. 15 OCTUBRE 2016.- Esta mañana la asociación civil A21 con presencia en 26 países, la cual es integrada principalmente por jóvenes, realizaron una marcha denominada "Caminando por la Libertad" partiendo de Av. Chapultepec y Vallarta y como destino Plaza de Armas en el centro histórico y a la cual asistieron alrededor de 500 personas en su mayoría mujeres, la misma con la finalidad de crear conciencia sobre la necesidad de combatir la trata de personas y esclavitud moderna.FOTO : FERNANDO CARRANZA GARCIA / CUARTOSCURO.COM.

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Cada 30 de julio, miles de personas conmemoran el Día Mundial contra la Trata de Personas, en espera de acabar con este delito que ha sido llamado “la esclavitud del siglo XXI”. A nivel nacional, México es el quinto país con mayor número de víctimas, quienes esperan urgentemente un rescate que no llega, en parte por los mitos y prejuicios que orbitan alrededor de este delito.

Para ayudar a comprender mejor este fenómeno, el Huffington Post México presenta esta guía de conceptos, que víctimas y sobrevivientes necesitan que se conozca.

– Ya no se dice “trata de blancas”. Durante muchos años, este delito fue conocido como “trata de blancas”, pues se refería al viejo fenómeno del siglo pasado cuando mujeres y niñas de piel blanca, principalmente de países europeos en crisis, eran transportadas hacia América para ser vendidas como concubinas o trabajadoras sexuales. Ahora, ese término se considera en desuso, pues las redes de explotación humana lucran con todo de tipo de víctimas. El concepto correcto es “trata de personas”.

– La prostitución es trata de personas. En México y en el mundo, existe una delgada línea entre el trabajo sexual y la explotación sexual. Lo primero se refiere al ejercicio voluntario de una persona de obtener un beneficio económico a cambio de tener relaciones sexuales; lo segundo, ocurre cuando una persona se beneficia económicamente del trabajo sexual ajeno; por ejemplo, cuando alguien (un tratante) exige una parte del dinero que ganó una mujer por mantener relaciones sexuales. La prostitución no está penada; la explotación sexual sí.

– Sólo los tratantes “o padrotes” cometen el delito de trata de personas. La actual ley que castiga este delito –Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos– establece que cualquier persona que se beneficie económicamente de la explotación ajena incurre en este delito. Esto aplica tanto para el capitán de meseros que recibe una “propina” por promover mujeres para un trabajo sexual en una cantina como para la mujer que administra una casa de citas y pide “comisión” a las mujeres por cada trabajo sexual. Si se lleva una tajada por un trabajo sexual que no hizo, es probable responsable del delito de trata de personas.

– La trata de personas sólo es explotación sexual. La prostitución forzada es la modalidad más conocida de trata de personas por ser la más visible en las calles y en los medios de comunicación, dado que sucede en el 80% de los casos judiciales. Pero la ley reconoce otras 10 modalidades más: esclavitud, condiciones de servidumbre, explotación laboral, trabajos forzados, mendicidad forzada, uso de menores de edad para actividades ilícitas, adopción ilegal de una persona menor de edad, matrimonios forzados, tráfico de órganos o tejidos de seres humanos vivos y experimentación biomédica ilícita en seres humanos. Es decir, trata de personas también abarca desde obligar a un adulto mayor a pedir limosna hasta enrolar a un niño en un grupo delictivo.

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– Todas están ahí porque se enamoraron de su “padrote”. Los especialistas como el académico Óscar Montiel ubican a dos tipos de tratantes: los golpean y los que enamoran. Los primeros son responsables de la ola de desapariciones en México: raptan a mujeres y niñas para explotarlas sexualmente y esconden los cuerpos de sus víctimas para no ser ubicados. Los segundos, usan la técnica del “enamoramiento” para enganchar a sus víctimas. Casi siempre es así: identifican a mujeres inseguras y solas en un lugar público, las abordan, piden su teléfono, salen en varias citas y al poco tiempo les piden que sean sus novias o esposas. Por unos pocos meses, ellos se comportan como príncipes azules, pero luego inventan una deuda o apuro económico y ruegan ayuda a su pareja. Ella, enamorada, dirá que sí y, sin saberlo, aceptará trabajar en algún lugar lejano de su casa ejerciendo el trabajo sexual. Si se niegan, serán golpeadas, violadas, privadas de su libertad. En casos documentados por asociaciones civiles, como la ONG Sin Trata, las mujeres son obligadas a tener hasta 60 relaciones sexuales diarias en jornadas de hasta 16 horas en los 7 días de la semana. Y todo el dinero lo deben entregar a sus captores.

– Las mujeres que están en la calle no son víctimas de trata, están ahí porque quieren. “Si están ahí en contra de su voluntad, ¿por qué no huyen?”, es una pregunta común cuando se habla de trata de personas en su modalidad de explotación sexual. Existe la creencia de que las víctimas están encerradas en una casa u hotel y las que ejercen un trabajo sexual libre e independiente están en las calles. La realidad es que muchos casos documentados por autoridades y medios de comunicación dan cuenta de que cientos de mujeres han estado “secuestradas” a plena luz del día y en vías públicas, a veces a unos metros de estaciones de policía. La razón es que las víctimas son chantajeadas: si huyen o piden ayuda, el tratante irá por sus hijos o su familia y los matará. O, simplemente, contará en el pueblo de la mujer que ella “decidió” ser prostituta para que su familia se avergüence. Entonces, ellas se someterán.

– Las víctimas de trata siempre son mujeres. Cuando hablamos de explotación sexual, casi siempre hablamos de mujeres porque ellas son las víctimas en el 90% de los expedientes judiciales, según datos de la Sistema Nacional de Seguridad Pública. Pero hay un 10% que abarca hombres, la mayoría en redes de prostitución infantil. Y hay casos de hombres adultos, por ejemplo, en prisiones varoniles, que son “rentados” por internos.

– Esto solo le pasa a gente pobre y ingenua. El 70% de las víctimas de este delito son indígenas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, una población que históricamente ha estado en desventaja económica. En el otro 30% están mujeres mestizas de todo tipo de estratos, desde mujeres que solo completaron la primaria hasta tituladas universitarias que buscando trabajo fueron enganchadas y obligadas a prostituirse.

– La trata de personas no es un tema importante. Es imposible calcular con exactitud cuánto dinero generan las redes de trata de personas del mundo, pero una conservadora aproximación de Naciones Unidas calcula unos 36 mil millones de dólares anuales, suficientes para ubicar a la trata de personas como el segundo negocio clandestino más redituable del mundo, solo por debajo del narcotráfico y por encima del tráfico ilegal de armas. En México, organizaciones civiles como Unidos Contra la Trata calculan que hay “millones” de víctimas sin la atención adecuada, vulnerables a ser cooptadas para otros delitos, como el secuestro o el sicariato, o que, fuera de las redes de trata, están en riesgo de desarrollar adicciones o el suicidio.

– No hay nada que yo pueda hacer. La sociedad civil juega un papel crucial en este delito. Y hay dos acciones clave para ayudar a poner fin a este fenómeno que condensa el secuestro, extorsión, violación y, en muchos casos, el homicidio: ante la duda de si alguien está ejerciendo el trabajo sexual de manera forzada o si hay menores de edad en un lugar donde se ejerce el trabajo sexual o algún ilícito, llamar al 01 800 5533 000 y hacer una denuncia anónima; así como sumarse a las

campañas en redes sociales contra la trata de personas, como #AquíEstoy, que arranca este lunes.

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Crédito: Huffpost

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