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¿Por qué se me olvidan tanto las cosas?

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A muchos nos ha pasado. Sales de la casa con prisas y tienes que regresar porque no recuerdas si cerraste la llave del agua o si llevas tu celular. En ocasiones parece que el mundo ha tejido un complot en tu contra y que, mientras más cosas tengas que hacer, más situaciones como estas te pasan.

Antes tenías una memoria privilegiada, capaz de recordar los números de teléfono de tus familiares y amigos; no era necesario anotar tus citas porque siempre recordabas tu agenda del día. Ahora eso es imposible, tu “teléfono inteligente” te ha robado inteligencia y se ha vuelto indispensable ante tu ineficiencia para recordar tanta información que manejas constantemente. Llega un momento en que te sientes vulnerable y temeroso.

¿Será que estos olvidos son los primeros indicios de que estás perdiendo la memoria?

¿Tengo que ir al médico?

¿Estos problemas se irán incrementando?

Si bien no se tiene una estadística que nos diga con precisión qué tan frecuentes son estos problemas, cada vez más personas consultan al médico por olvidos. Afortunadamente la mejoría en el conocimiento de aspectos médicos en la población general ha permitido que estemos familiarizados con términos como “demencia” y “enfermedad de Alzheimer”.

Los médicos especializados en el diagnóstico de problemas de memoria son los neurólogos, quienes con frecuencia se apoyan en pruebas cognitivas y neuropsicológicas para determinar el grado de daño en la memoria y detectar otros problemas del desempeño cerebral.

Una pregunta clave para saber si los olvidos son patológicos y pudieran indicar principios de demencia es saber si han interferido en tu funcionamiento. “¿Estos olvidos te han generado problemas? ¿Estás pudiendo llevar a cabo de manera adecuada tus (intensas) labores cotidianas?” El proceso que antecede a la demencia se denomina “deterioro cognitivo leve” (DCL) o “trastorno neurocognitivo menor” y ocurre cuando presentamos fallas en el desempeño cerebral, demostradas objetivamente en una evaluación médica, pero que no tienen una repercusión negativa en nuestro funcionamiento diario.

Intenta poner atención a las cosas que haces y te suceden. Solo así tu cerebro podrá registrarlas adecuadamente.
Pero… ¿qué pasa si yo siento que se me olvidan las cosas, pero todo sale normal? ¿Estoy en riesgo de empeorar y desarrollar eventualmente DCL o demencia?

Un aspecto que frecuentemente se observa en las personas que sufren demencia es la incapacidad para reconocer sus fallas. De hecho, frecuentemente el paciente con demencia es traído por sus familiares, quienes son los primeros en percatarse de los errores que comete el paciente.

A esta dificultad para reconocer mis errores se le llama “anosognosia“. ¿Qué sucede si el paciente es el primero que se preocupa y acude al médico? Se ha observado en estudios de investigación que un gran porcentaje de las personas por demás sanas que buscan consulta, y en quienes no se encuentran anormalidades, en efecto no tienen un problema de memoria y menos aún demencia. De hecho, la mayoría de estos sufren más bien de angustia o de algo que se ha denominado “síndrome de cerebro saturado”.

¿Qué es el “síndrome de cerebro saturado”?

En la vida moderna tenemos muchas ocupaciones y mucha información que fluye constantemente y demanda de nuestra atención. ¿Estamos diseñados para manejar toda esta información? El primer paso para poder aprender algo es poner atención a cuando esto sucede.

Las personas que se quejan de olvidos y que tienen evaluaciones neurológicas normales frecuentemente tienen problemas de atención:

“no pude recordar si había cerrado la llave del gas porque estaba sonando el celular, buscando mis lentes y vistiendo a los niños”.

Otro proceso fundamental para que se formen los recuerdos (para el registro de la memoria) es la consolidación durante el sueño. Las personas que sufren de insomnio o tienen un sueño superficial que no brinda suficiente descanso pueden percibir que olvidan cosas, cuando en realidad lo más probable es que nunca se hayan registrado los recuerdos.

¿Qué puedo hacer para mejorar y que no se me olviden tanto las cosas?

Intenta poner atención a las cosas que haces y te suceden. Solo así tu cerebro podrá registrarlas adecuadamente.
Mejora tus hábitos de sueño. Destina tiempo suficiente para descansar y evita estímulos que fragmenten el sueño.
Desecha información innecesaria.

¿De verdad tienes que revisar tus redes sociales 85 veces al día? ¿Podrías mejor utilizar este tiempo para fijar tu atención en las cosas más importantes para tu funcionamiento cotidiano?

Realiza actividad física, ya que esta te permitirá disminuir la angustia y enfocarte en lo más esencial que tu cuerpo necesita.

Reflexiona en qué de todo lo que te rodea es necesario para tu bienestar y evita sobresaturarte.

Si tienes duda de si tus olvidos son normales o no, lo ideal es que acudas al médico para una evaluación más completa.

Crédito: Huffpost

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