Sin duda alguna, el Paseo Bravo es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Puebla. Ahí, es muy común ver a cientos de familias disfrutar en un fin de semana de una buena caminata o de uno de los antojitos que venden en la zona.
No obstante, no siempre fue así, pues evidentemente en algún momento este lugar de reunión o parque urbano no existía, por lo que los ciudadanos poblanos tenían que juntarse en otros sitios de igualmente populares de los que te hablaremos en otra ocasión.
Ante dicha duda, en MTP Noticias decidimos contarte todo lo que sabemos acerca del Paseo Bravo, el gran corredor que adorna gran parte de la 11 Sur y la Avenida Juárez, dos importantes calles de Puebla.
De acuerdo con el libro Las calles de Puebla, del historiador Hugo Leicht, parte del terreno que conforma el Paseo Bravo formaba una plazuela conocida como Plaza del Parral. Frente principios del siglo XIX, en esta plaza se situaba una horca, misma que fue removida por petición del fray Vicente Magor.
El mismo historiador señala que en 1819, el gobernador Ciriaco del Llano y Garay propuso la creación de un paseo público en la ciudad de Puebla. El sitio que se eligió fue precisamente el de la Plaza del Parral y el trabajo se encargó al artista Bernardo Olivares Iriarte, uno de los máximos exponentes del neoclásico.
¿Cómo se creó el Paseo Bravo?
Cinco años antes de que esto sucediera, en ese mismo lugar, el 15 de abril de 1814, los realistas fusilaron al mariscal insurgente Miguel Bravo, por lo que para 1823, el Soberano Congreso Mexicano emite un decreto mediante el cual este recibió el honor de Benemérito de la Patria en Grado Heroico.
Ese mismo decreto enunció que el terreno donde se sacrificó a Miguel Bravo tenía que cercarse, así como estar adornado con árboles y llevarse a cabo la construcción de una pirámide como homenaje.
Lamentablemente, no fue hasta 1840 que se estrenó este lugar bajo el nombre de Paseo Nuevo, aunque miles de ciudadanos poblanos también se referían a este como La Alameda o Alameda Nueva, generando mucha confusión.
Durante el imperio de Maximiliano de Habsburgo, es decir, entre 1864 y 1870, recibió otro cambio de nombre, bautizándose así como Paseo de la Emperatriz, en honor a Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.
En 1870 se refieren al parque por primera vez como Paseo Bravo y poco a poco comenzó a recibir más modificaciones como nuevos monumentos, bancos de hierro, al rededor de las fuentes y la construcción de un quiosco.
Curiosidades del Paseo Bravo en Puebla
El primer gobernador de Puebla, José María Calderón, ordenó en 1827 que se colocara el busto de Miguel Bravo en el parque. Luego, en 1830, reemplazaron la pieza porque la primera se la robaron, hasta que en 1857 la retiraron de manera definitiva y la trasladaron al edificio del Antiguo Colegio de San Juan.
Posteriormente, el busto lo llevaron al Museo Militar del Batallón de San Javier, sin embargo, cuando sucedió la Revolución Mexicana la pieza se extravió, es así que más se colocó un monumento en memoria de Nicolás Bravo y el entonces presidente Porfirio Díaz acudió a la inauguración.
A pesar de que hubo un sinfín de monumentos que se añadieron y retiraron, el que más causó impacto, incluso hasta nuestros días fue El Gallito, el cual se colocó en 1921. Este fue cedido por la colonia francesa en Puebla con motivo del centenario de la consumación de la Independencia de México.
El reloj se convirtió rápidamente en un punto de reunión emblemático para los habitantes de la ciudad, especialmente para convocar protestas, así como otras eventualidades en las que se pedía llegar al mítico Paseo Bravo.
También, se colocó un monumento en memoria del político y médico poblano Gabino Barreda, el cual se construyó durante el mandato del presidente municipal Leopoldo Gavito.
Una de las historias contemporáneas que más revuelo causan sobre este lugar, es que hacia 1960 y 1970, se convirtió en un zoológico que albergó a varias especies de animales, algo que es cierto; además este paseo público tenía una pista de patinaje, un museo de historia natural, un acuario y un serpentario, incluso, había cocodrilos y un lago artificial.