Como cada dos de noviembre, los panteones municipales de Coyotepec e Ixcaquixtla se convirtieron en el punto de convergencia para que vivos y muertos se reúnan en el día de Todos los Santos como parte de la tradicional quema de cera en la Mixteca.
Con caminos de pétalos de cempasúchil, la luz de las velas y al son de la música, los familiares guiaron el camino de sus fieles difuntos a la Tierra para disfrutar de las cosas que les gustaba en vida y durante toda la noche resguardaron sus tumbas.
Desde hace cientos de años, la tradición de la quema de cera, reúne a decenas de familias en ambos panteones, pero aquí, el ambiente no es de tristeza sino de fiesta, pues pese a las largas horas de vela, la gente ríe, se abraza y sonríe por la alegría de ser visitados por sus familiares.
Un claro ejemplo es la señora Mary y su hermana, quienes acuden al panteón a ponerles velas a sus familiares desde que eran unas niñas, hace aproximadamente 45 años.
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Quema de cera en Ixcaquixtla y Coyotepec: “Ofrece uno de corazón lo que uno les da”
Con mole poblano, naranjas, guayabas y manzanas en la ofrenda, Mary espera cada año a sus papás y abuelos en Coyotepec para que ellos disfruten de la comida que en vida les gustaba.
En entrevista para MTP Noticias, expresó que a ella le gustaría ofrecerles más cosas a sus familiares durante su visita, pero las condiciones económicas no siempre lo permiten.
“Quizás uno como hijo a lo mejor uno no tiene lo suficiente para ponerle, pero lo poquito que uno pueda lo pone uno, no les damos todo lo que a ellos les gustó, ofrece uno de corazón lo que uno les da”, contó Mary.
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En esta ocasión, Mary y su hermana, quien viajó desde Guadalajara, sintieron un frío fuera de lo habitual, pues el aire se apoderó del ambiente y no el calor que caracteriza a esta zona.
Esto dificultó la quema de cera, pues el aire apagaba las velas y acortó la estancia de los familiares, pues algunos se retiraron por las bajas temperaturas.
En esta fecha, Mary recordó a sus papás con respeto y como unas personas amables que les inculcaron las tradiciones y los llenaron de amor con un buen ejemplo.
Al son de la música y a la luz de las velas se celebra la quema de cera en Ixcaquixtla
A tan solo 15 minutitos de Coyotepec se encuentra el panteón de Ixcaquixtla, uno de los más grandes de la región. En sus inmediaciones una verbena que permaneció toda la noche junto con los familiares.
Con mariachi, banda o instrumentos propios, los habitantes iluminaron el panteón municipal para recibir a sus fieles difuntos.
En el cementerio las velas iluminaron las tumbas con una tenue luz anaranjada lo que desde el aire parecía un campo de cempasúchil como los que representan a esta temporada.
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Guadalupe Aguilar veló durante un par de horas a su hermano, su papá y sus abuelitos, a quienes acompaña cada dos de noviembre desde los 10 años.
Para esta fecha, el gastó aproximadamente 500 pesos para comprar la cera y flores que rodearon las tumbas de sus seres queridos.
A él lo acompañó su hermana a velar a sus seres queridos como lo hacían desde que eran niños junto con sus padres, por lo que preservan la tradición familiar.
Tradición en Ixcaquixtla y Coyotepec se hereda de generación en generación
En este panteón, familias completas acompañaban a sus seres queridos, desde personas de la tercera edad, hasta bebés en los brazos de sus mamás.
Algunos de ellos, viajaron desde otras partes del país como la Ciudad de México, Puebla o Guadalajara solo para velar a sus papás, abuelos y hasta bisabuelos para no olvidar sus tradiciones.
Entre las personas que velaban las tumbas, repartían comida y café para combatir el frío, además de taparse con edredones y sarapes debido a las bajas temperaturas.
El brindis no pudo faltar, pues los habitantes llevaron tequila, mezcal o cerveza para calentar su garganta y cantar unas canciones, además de tomarse un último trago con sus difuntos.
Algunos de ellos por la melancolía, lloraban pero la tristeza no los invadía, pues recordaban con felicidad la vida que compartieron con sus familiares que se adelantaron.
Esta tradición milenaria aún está vigente en la Mixteca poblana pese a que es una de las zonas con mayor migración en el estado, ya que aún hay vienen familias enteras a recordar a sus seres queridos.