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Comer y rezar: esto puedes hacer en Puebla

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Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987 por la Unesco por la traza de sus calles y la preservación de su Centro Histórico, la ciudad de Puebla también posee modernas construcciones con servicios exclusivos, así como emblemáticos platillos, algunos con un toque contemporáneo.

Tradición y vanguardia

La capital de Puebla se ubica a menos de dos horas de la Ciudad de México, así que salimos pasadas las siete de la mañana para llegar a desayunar a Casa Barroca , un lugar que conjuga restaurante, bar, hospedaje, galería de arte y tienda de artesanías.

La casona del siglo XVIII se restauró, por lo que te puedes hospedar en dos suntuosas suites. Además, tiene un espacio privado denominado “la mesa del chef”, con el servicio exclusivo del chef ejecutivo Hugo Minutti.

De las opciones imperdibles por la mañana están los chilaquiles al chileatole, omelette el gachupín, de mi madre (enchiladas de tortilla azul rellenas de pato confitado) o el del olvido, un pan francés con queso ricotta con vainilla y ensalada de frutos rojos.

Para la comida o cena recomendamos mole poblano, tierra de chiles (filete de salmón asado con cuatro chiles) o chiles en nogada, el platillo mexicano por excelencia.

De bebidas se recomiendan mezcal o vino de la casa; cocteles: margarita barroca, beso de rosas, chocobarroco y dulce pasión.

Otra opción es la Casona de Mi Viejo Pueblito, de auténtica cocina poblana.

El mole poblano, manchamanteles (de carne de cerdo y pollo en adobo, acompañado de camote y plátano), chipotles rellenos de queso, cecina de Atlixco y espagueti en salsa poblana son las recomendaciones.

Situado en un rehabilitado edificio del siglo XVI, tiene en su decoración cuadros de protagonistas del cine mexicano.

En el tercer piso se abrió la cantina El Mirador con una amplia variedad de cocteles: moradito, preparado a base de curazao, granadina, ginebra y un toque de limón; manzanita, con ginebra y mezcal o chaneque, con ginebra, agua quina, limón y yerbabuena.

Aprovechamos nuestra estancia para trasladarnos a Cholula a bordo del tren turístico que se inauguró hace un año, ya que en esta localidad se ubica el prestigiado restaurante Ciudad Sagrada, de platillos inspirados en la cocina mexicana prehispánica.

Está localizado a las faldas de la gran pirámide dedicada a Tláloc, por lo que tiene una vista privilegiada del Santuario de la Virgen de los Remedios. Aquí se realizan rituales mexicas, además del espectáculo de danzas y ceremonias prehispánicas de unión.

El chef ejecutivo, Isaac Ibarra, nos comentó que el restaurante se caracteriza por brindar “alta cocina mexicana, basada en la tradición de la misma ciudad de Cholula, pues la mayoría de los productos son de aquí, como el queso, mole, chocolate o pato”.

Entre las recomendaciones están el Huehue (viejo, en náhuatl), inspirado en los danzantes de la región y se hace con un filete encostrado con cenizas de chiles de la misma región en una base de puré de papa, nopales, ensaladilla de quelites y queso cotija.

También como agua para chocolate, platillo con una base de puré de camote, codornices rellenas de frutos rojos y frutos secos, braseadas lentamente con mole blanco hecho con almendras y piñón, además de pétalos de rosas. Acuyo, una salsa verde a base de hierba santa, risotto de guacamole, pescado de temporada y frituras frescas de camote.

Te recomendamos saborear el pastel de celebración, de piñón con helado de lavanda, salsa de café y tierra de almendra; enigma de chocolate, una original mezcla de chocolates, hechos por artesanos de la región o las crepas rellenas de salsa de licor de pasita.

Fervor por lo divino

En nuestro recorrimos el complejo de túneles que rodeaban la ciudad de Puebla; esta red subterránea fue rescatada e intervenida, por lo que los más de kilómetro y medio que se pueden transitar están iluminados y en algunos puntos se exhiben armas y piezas antiguas.

Posteriormente nos dirigimos al ex Convento de Santa Mónica (18 Poniente 103, col. Centro), construido en el siglo XVIII.

Nuestro guía, Alfredo Torres Cuatle, nos aseguró que este sitio es famoso por la creación de varios platillos, como los chiles en nogada, además de popularizar el rompope.

Sus instalaciones albergan al Museo de Arte Religioso, el primero en el país dedicado a la vida de las beatas. A lo largo de 23 salas es posible conocer a detalle la vida de las monjas de clausura. Conserva los antiguos dormitorios, capillas y la cocina, así como una interesante colección de arte sacro.

Otro recinto religioso es la catedral, del año 1539, dedicada a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.

En su interior conserva el Altar de los Reyes, el suntuoso ciprés, el altar del perdón, tres órganos antiguos, pinturas de Miguel Cabrera, la Capilla del Espíritu Santo y la Sacristía.

Los fines de semana se proyecta el videomapping Mosaicos Poblanos, que muestra diferentes etapas de la historia del estado, gastronomía, talavera, textiles y fiestas populares.

En Cholula recorrimos el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, que los españoles edificaron en el siglo XVI; ofrece una de las panorámicas más hermosas del valle de Puebla.

La construyeron justo encima de la Gran Pirámide, que tiene un basamento lleno túneles, por lo que se tienen que atravesar para llegar a la cumbre.

Crédito: Milenio

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