Luego de la misa de cuerpo presente de los seis integrantes de la familia Osorio Amastal este martes 22 de julio de 2024, un seminarista rezó, echó agua bendita y pasó el sahumerio para purificar el espacio y evitar que se repita otro accidente en Coronango.
En la avenida Emilio Portes Gil a unos metros de la secundaria técnica 45 de Coronango, el cortejo fúnebre que se dirigía al panteón de Apapasco, hizo una parada.
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De una patrulla de vialidad municipal que les abría paso en las calles, bajó el seminarista y su acompañante que llevaba incienso y agua bendita.
En el sitio comenzaron a rezar el ave María, el hombre de sotana echó agua bendita en la pared de color verde claro.
Aún están las marcas del vehículo de los Osorio Amastal.
Familiares de los difuntos, amigos, fiscales y más, rezaron, con el fin de proteger esta zona de accidentes automovilísticos o muertes violentas.
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¿Cómo rezaron para evitar más muertes en el sitio donde murieron seis en Coronango?
Según la creencia de los católicos, donde ocurre un accidente en el que hay muertos, se deben levantar las almas gritándoles por su nombre.
Esto para que no atraigan más muertes y se pueda purificar el espacio.
Mientras la gente rezaba el Ave María, el cantor canta “entre tus manos”, el seminarista y su asistente riegan agua bendita sobre las marcas del accidente que ocurrió la noche el 20 de julio de 202.
Ahí murieron seis integrantes de la familia Osorio Amastal.
El hombre de sotana blanquinegra, regaba agua en las paredes, el adoquín de la entrada de una casa y en el pavimento.
Jacobo; su esposa, Ernestina; su hija, Ariadna; su nuera Gabriela y sus nietos Santiago y Ángel, habían salido de una convivencia la noche del sábado y abordaron su vehículo.
A las 22:24 horas, un camión de color blanco de transporte de personal de la Volkswagen, pasó a toda velocidad.
Embistió dos autos y luego se fue contra el vehículo donde estaban los seis integrantes de la familia.
El conductor viajaba ebrio, no solo los impactó, también los arrastró contra la pared, por varios metros y dejó el vehículo como un acordeón.
Fue necesario que bomberos y soldadores cortaran los fierros para sacarlos.
Vecinos escucharon los gritos de los niños y de algunas de las víctimas, desesperadamente buscaban un tractor e intentaron quitar el autobús para sacar los cuerpos.
Llegaron paramédicos de Coronango y bomberos estatales, confirmaron que todos habían muerto.
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Carlos de 19 años de edad quien manejaba en estado de ebriedad, fue asegurado por testigos.
Su acompañante una mujer identificada como Wendy, escapó del lugar.
Cerca de las 15:00 horas de este martes, los seis cadáveres de la familia Osorio Amastal fueron sepultados en el panteón de Apapasco a unos minutos de la cabecera municipal.
Sus familiares exigen justicia y que no quede libre el responsable.