Carlos, un niño de 11 años de edad murió en condiciones sospechosas, sus familiares no reportaron su fallecimiento y procedieron a velar su cuerpo en Acatzingo, Puebla. La Fiscalía General del Estado (FGE) atrajo este caso, pues encontró contradicciones en las declaraciones de su familia.
Los hechos se registraron este fin de semana, cuando el cuerpo del pequeño Carlos era velado en su casa, los peritos de la FGE no permitieron que los restos fueran enterrados y los tomaron para proceder a realizarles la autopsia de rigor.
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Fuentes extraoficiales informaron que, en un primer momento, el menor de edad había muerto por causas naturales; sin embargo, el cuerpo presentaba marcas de ahorcamiento.
Ante el hallazgo, los familiares del niño cambiaron su primera versión y comentaron que éste se quitó la vida colgándose del cuello, no obstante, ante la contrariedad en las declaraciones, los peritos de la FGE realizaron la autopsia y el domingo confirmaron que el menor de edad murió por ahorcamiento aunque la FGE deberá esclarecer cómo sucedió.
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También, entre las declaraciones de la familia también habían dicho que el niño se había caído y se había golpeado la cabeza.