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Cuando Trump desde la Casa Blanca -a las nueve de la noche del viernes- anunció “una operación militar combinada con las fuerzas armadas de Francia y el Reino Unido” simultáneamente los misiles empezaban a caer sore Siria, esto en respuesta supuesto ataque con armas químicas del pasado domingo en la ciudad de Duma, atribuido a Bachar al Asad.
La intención del ataque fue “disuadir” a Damasco de la fabricación de armas químicas. Una hora posterior al ataque el jefe del Estado Mayor Joe Dunford, anunció desde el Pentágono que el ataque perpetrado de manera conjunta por las fuerzas aéreas y navales de los tres países había terminado.
Por su parte James Mattis, indicó que se trataba de “ataques puntuales” dirigidos contra objetivos concretos (uno cerca de Damasco y otro en Homs) y aclaró que por ahora no habrá más intervenciones.
Después de varias discusiones y titubeos la Casa Blanca decidió seguir adelante con el plan anunciado por Trump de lanzar misiones contra Siria sin esperar al permiso del Congreso ni esperar las recomendaciones de otra institución.
En tanto, Damasco denunció “la agresión tripartita” como “una violación flagrante del derecho internacional” que está “condenada al fracaso”, mientras el embajador ruso Anatoly Antonov, anunciaba que el ataque tendrá consecuencias.
La declaración del ente británico por parte de Theresa May fue que “No había alternativa al uso de la fuerza”, y demás aclaró que se trata de un “ataque limitado y dirigido que evite una escalada de la tensión en la región y haga todo lo posible por prevenir bajas civiles”.
Como anteriormente se colocó, Emmanuel Macron nunca fue partidario de intervenir en Siria, sin embargo, el año pasado acabó respondiendo a otro ataque con armas químicas perpetrado por Damasco.
Fuente: La Vanguardia
