Familiares de Diana N. de 11 años de edad, claman justicia por la pequeña que fue agredida en el fraccionamiento Valle de San Miguel en Huejotzingo, por un hombre de 45 años de edad que fue dejado en libertad por la Fiscalía General del Estado (FGE).
Los quejosos también exigen la destitución de los policías municipales de Angélica Alvarado, a quienes acusan de haber encerrado a la menor en la misma patrulla que su agresor, para causarle miedo.
“La agarró a patadas en el suelo. Quisimos hacer las cosas bien, quisimos irnos por lo legal. Lo trajimos aquí, lo trataron como rey, nunca lo metieron a los separos. Lo llevaron al C5, a nosotros nos trataron peor que delincuentes y al señor como príncipe. A mi hija la subieron en la patrulla con su agresor”, relató el padre de la menor.
Los quejosos fueron atendidos por un funcionario quien con micrófono en mano, les dijo que no es su culpa que el agresor haya quedado en libertad, pues hicieron lo que les correspondía en sus funciones.
Sin embargo los inconformes insisten en que la menor fue doblemente puesta en peligro pro los elementos, quienes la subieron a la misma patrulla que el sujeto que la golpeó.
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Los padres relataron tras los hechos ocurridos el domingo, la menor pasó 20 horas en el Ministerio Público y no le tomaron su declaración. Además de que la médico legista que la atendió en las instalaciones de la FGE en la 31 poniente en la capital del Estado, no la valoró. Si no que desde su escritorio la observó y en base a ello hizo su reporte.
“No nos dejaron entrar al Ministerio Público. Solo me hicieron una entrevista como en segundo término, mi hija estuvo parada desde las 11 de la noche hasta las 7 de la noche, estuvimos allá. Mi hija golpeada, con hambre, y no la llamaron a hacer su declaración. La llevaron al dictamen médico en la 31, la doctora desde su computadora, puso a mi hija a una distancia y nomas la vio y fue todo lo que hizo y yo le dije ¿no la va a revisar? y ella me dijo, no, ya con eso”.
Tras la supuesta valoración médica, en la FGE les informaron a los padres de Diana, que el agresor quedaría en libertad porque no había cometido un delito grave.