Lucero Gómez está desesperada porque los médicos no le dan esperanzas de vida a su esposo. El hombre es conductor del transporte público, se enfermó tras consumir alcohol adulterado en una convivencia con sus amigos y fue ingresado al Hospital General del Sur en la ciudad de Puebla, tras sufrir un paro respiratorio la madrugada del sábado.
Necesitamos un milagro de Dios para que él se salve dice la joven mujer de suéter blanco con rayas negras. Los médicos no le dan esperanzas de vida e incluso le advirtieron que ya han muerto 17 personas que ingresaron con los mismos síntomas que Miguel.
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Como no hay cerveza, el marido y sus amigos consumieron esa bebida, cuenta, al precisar que el hombre estuvo con malestares durante dos días y al tercero –el pasado 8 de mayo- entró en pánico porque comenzó a perder la vista y después vino el paro respiratorio que lo tiene en shock.
La mujer se encuentra frente a la reja blanca del Hospital General del Sur, lleva una bolsa negra cruzada, porta un cubrebocas negro, es bajita de estatura, tiene los ojos grandes, la nariz chata y no rebasa los 30 años de edad.
Teme quedarse sola con sus cuatro hijos, el más pequeño de ocho meses de nacido. Busca llegar hasta las últimas consecuencias para que se castigue a los responsables, porque considera injusto que personas estén haciendo negocio con el alcohol adulterado mientras otros sufren como ella y su esposo.
Lucero ya identificó el lugar donde Miguel y sus amigos compraron una bebida que les hicieron pasar como mezcal, se trata de la tienda ‘doña Clarita’ en la calle Los Reyes en San Francisco Totimehuacán, municipio de Puebla.
Por ello pide a las esposas o familiares de quienes han fallecido o están en su misma situación, que la busquen para sumar esfuerzos y llegar hasta donde tengan que llegar.
Reveló que el caso de las muertes masivas por consumo de alcohol de dudosa procedencia ya está siendo investigado por las autoridades judiciales, pues el ministerio público recién acudió al hospital a indagar los hechos.
“No se vale, no es justo que vendan el alcohol así, ahorita ya pasó mi esposo y ¿cuántas personas van a seguir falleciendo? Yo quiero llegar hasta las últimas consecuencias”, insiste.