“Así se va Claudia (Rivera Vivanco), traicionando a los trabajadores del Ayuntamiento de Puebla y a la ciudadanía”, gritó desde un megáfono una trabajadora del gobierno de la capital, cuando ya no había nada qué hacer para frenar la entrega de 100 nuevas bases a allegados de la alcaldesa saliente.
Mientras en el salón de Cabildo, regidores de oposición le recordaban a Rivera Vivanco que se convirtió en lo que juró combatir, afuera, sindicalizados inconformes le exigían ya “largarse”.
“¡Lárgate Claudia, nadie te quiere!”, repetía entre su coraje otra empleada municipal, pues están indignados en que la morenista les haya prometido tomarlos en cuenta en el reparto de las bases y no fue así, pues únicamente beneficiaron de última hora a los amigos de la presidenta y de sus secretarios como el Tesorero Leobardo Rodríguez.
Eran a las 19:00 horas cuando los agremiados del sindicato ‘Benito Juárez’ fueron arribando al palacio municipal. Eufóricos comenzaron a tocar la puerta principal en exigencia de poder ingresar a la sesión extraordinaria de Cabildo.
Tocaron una y otra vez, a manotazos y a patadas, pero nadie les hacía caso. Dieron la vuelta al otro acceso, al del pasillo, pero tampoco. Así, se dividieron y tomaron las entradas.
“Entonces, nuevamente tenemos que decir: gracias Claudia, gracias Leobardo (Rodríguez), gracias inepto de Damián. Gracias por esta fuerza de oportunidad que nos dieron para demostrar qué tan fuerte somos como sindicato”, dijo desde un micrófono el líder sindical.
Para entonces, ya los trabajadores le habían prendido fuego a las cubiertas de mallas que estaban frente Palacio Municipal, una bandera de Morena, y roto vidrios de la Secretaría de Turismo.
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En medio de la multitud, nadie supo quién fue, y ante la advertencia que podían hasta incendiar la puerta principal, fueron rodeados por granaderos.
“¡Traicionera, traicionera!”
Entre la vigilancia de los policías, las protestas continuaron luego de que no hubo voluntad por parte de la presidenta en abrirles la puerta, y eso que durante los tres años, nunca tuvieron un altercado y siempre fueron cómplices.
“Que lamentable que mejor nos escuche el nuevo presidente municipal que tú, que pena Claudia, a ver si en los lugares que vas a estar vas a traicionar y crecer políticamente”, gritó otra mujer luego de que Gonzalo Juárez les informara que había recibido mensajes del panista Eduardo Rivera Pérez para hablar sobre este conflicto este martes.
Gonzalo pidió a los inconformes confiar en que el edil electo revisaría las irregularidades cometidas en la entrega de esas 100 bases y que él sí tomaría en cuenta a los hijos de los sindicalizados que murieron a causa de la COVID-19, que esa es la principal petición.
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En eso llegaron las porras a favor del próximo presidente municipal: “¡Lalo, Lalo!”, gritaron de manera unánime antes de retirarse del Zócalo.
Minutos antes habían estado con ellos los regidores del PAN, Luz Rosillo y Enrique Guevara quienes quedaron en medio de la multitud pues les fue impedido el acceso para presenciar la sesión.
“Están cerradas las puertas del Palacio y no nos dejan entrar, yo tengo obligaciones que cumplir, y vengo a sesionar, vengo como muchos otros regidores a sesionar y no abren la puerta”, dijo en ese momento Guevara, quien se perfila a formar parte del gabinete de Rivera Pérez al igual que la otra regidora.
Por Paulina Díaz/ Cirilo Calderón
