Una joven poblana vivió minutos de terror al acudir a una consulta con un ginecólogo del Hospital Ángeles, quien además de manosearla, le hizo propuestas indecorosas y comentarios misóginos.
La tarde de este lunes Nuri hizo pública su denuncia en las redes sociales y relató el infierno que vivió en lo que debía haber sido una exploración médica de sus mamas, por un bulto que se encontró hace días.
Al final de la agresión sexual el médico se justificó, diciéndole que lo que hizo no estaba mal porque no era menor de edad y era algo completamente normal a su edad.
El depravado hombre le pidió que en las próximas consultas fuera sola y no acompañada de su madre, quien es su conocida y a quien sacó del consultorio para poder atacar a su hija.
“Les pido por favor que compartan mi caso. Porque también consciente de lo que hizo sabe que estuvo mal, me pidió que esto que pasó se quedara solo entre nosotros (…) Quiero exponer mi caso con el ginecólogo Carlos S. médico que trabaja en el Hospital Ángeles de la ciudad de Puebla…”.
Nuri contó que lo conoce desde hace varios años, pues ha ido a consulta con él e incluso en el 2013 la operó por sospecha de endometriosis. Además era amigo de su mamá, quien también es médico especialista en medicina familiar.
Advirtió a las madres y pacientes, a no llevar a sus hijas ni acudir con este médico, a quien responsabilizó de lo que pueda ocurrirle a ella o a su familia.
Los hechos ocurrieron el pasado viernes 18 de diciembre de 2020, aquí parte del relato de Nuri:
También me hizo la pregunta obligatoria: ¿has tenido ya relaciones sexuales? al contestarle que no, no hay razón para que me examine la vagina. Pero al hablar sobre mi TOC, fue donde todo se empezó a tornar extraño. Me empezó a decir que sexualmente estoy muy reprimida y que por eso estoy así, me empezó a hablar sobre moteles, sus horarios, los amantes, sobre tener sugar daddy y ser una sugar mommy, que mantener una relación con alguien menor que yo no tiene nada de malo…
Después me empezó a tocar más temas referentes al sexo, los amantes, etc. Cuando pensé que la cosa se iba a calmar me preguntó que si quería que revisara mis mamas, le contesté que sí por la bolita que había encontrado y quería obtener un diagnóstico sobre eso.
Me pasó a la sala de exploración, me pidió que me desvistiera y le avisara cuando ya estuviera lista, acto seguido procedió a la revisión. Empezó todo normal, pero luego me empezó a decir “mira, ¿ya viste cómo se puso tu pezón? Es porque te estás excitando”. El tipo tenía las manos frías, es una reacción natural del cuerpo, no por excitación sexual. Me empezó a tocar mi vientre y me dijo que gracias a que subí de peso, quedé con buen tamaño de senos.
Seguía revisando, pero en lugar de palpar como normalmente lo hacen los médicos (no es la primera vez que me revisan mamas por quistes y sé cómo es una revisión) empezó a masajear mis senos y a pellizcar mis pezones, preguntando si sentía excitación, yo le contesté que no, que es una revisión así que no.
Me dijo que empezara a fantasear que él era mi novio y que me dejara llevar, yo le contesté que no podía hacer eso, en primera por respeto a mi novio, en segunda porque yo soy la paciente y él el médico, en tercera hay una gran diferencia de edad (el médico incluso ya tiene una nieta) y por último no tenemos un vínculo afectivo como para permitir eso, y me empezó a decir que por qué me reprimía, que no hiciera eso, que empezara a fantasear con él.
Luego terminó la manoseada (porque de exploración no tuvo nada) y me regresó al consultorio donde estábamos previamente. Me empezó a decir más cosas sobre la represión sexual y me dijo “a ver, pregúntame a mí como hombre qué me parecieron tus senos”, por tonta le pregunté y me dijo “pero no te vayas a enojar eh, la verdad se ven ricos, estás bien dotada”, me quedé desconcertada por el comentario. Al final me pidió que le diera un abrazo. Estúpidamente creí que era para hacer las paces por haberme hecho pasar un momento incómodo, pero no fue así.
Empezó a besar mi cuello y sentí tanto asco, metió sus manos por debajo de mi playera para manosear mi espalda y me preguntó si estaba bien, me quedé sin habla porque empecé a entrar en estado de shock y a sentir el miedo. Mi cuerpo se empezó a tensar y a temblar, tenía mucho miedo de que metiera su mano en mi pantalón y tocara mis nalgas o peor aún, mi vagina. Me preguntó si podía masajear mis pechos y le dije que no, que no estaba cómoda con eso, pero el tipejo a huevo me levantó mi playera y mi brasier y me empezó a manosear. En ese momento me dije mentalmente “no sientas, pronto va a pasar esta pesadilla”.
Acto seguido me preguntó que si podía lamer mis senos para que sintiera placer y que si yo quería sentir más placer, que si estaba dispuesta a sentir su pene en mis manos. En ese momento dije “esto está completamente mal, no quiero, yo esas experiencias las quiero pasar con alguien que ame, no con usted”. Me dijo “bueno vamos a dejarlas en paz” en referencia a mis senos, hablando de ellos como si se trataran de objetos para su diversión y me tapó. Esto lo pondré en mayúsculas porque es importante, ME DIJO QUE LO QUE HIZO HABRÍA ESTADO MAL SI YO TUVIERA 14 AÑOS, PERO COMO YA TENGO 27 AÑOS YA NO HAY NINGÚN PROBLEMA Y ES COMPLETAMENTE NORMAL.
Me quedé procesando todo lo que había pasado. Hizo pasar a mi mamá como si nada y nos fuimos.
Me fui manoseada, sin un diagnóstico, sin tratamiento y me dijo “para la próxima ya no quiero que vengas con mamá gallina, ya tienes mi celular, solo mándame mensaje de que vienes y con eso”, salí del consultorio sintiéndome tan sucia y culpable por permitir que me hiciera eso y no reaccionar a tiempo, lo que hice fue llegar a mi casa a llorar al baño mientras me bañaba tratando de quitar todo lo sucio de sus manos.
Foto de portada: Alberto Rodríguez Aguilera