La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) informó que inició las diligencias y los peritajes en el caso de la menor de edad que participaba como acólita en el templo de San Francisco Ocotlán, Coronango, quien denunció al sacerdote Álvaro Aca por acariciarle las piernas y un seno, además de que intentó violarla.
Personal de la FGE comunicó a MTPNoticias que se ofreció un asesor jurídico a la adolescente de 16 años de edad y que están a la espera de que lo acepte la madre de la víctima.
La Fiscalía aseguró que se está atendiendo el caso y se dará seguimiento, y rechazó que haya burocratismo o que haya lentitud en las investigaciones contra el sacerdote poblano, además negó que a la menor esté enfrentando un calvario al enviarla de un lugar a otro.
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Los familiares informaron que hasta este 3 de diciembre les proporcionaron el número de la carpeta de investigación, que es la número 5916/2019, en la que se documenta el delito de ataques al pudor.
Pero contradijeron a la Fiscalía pues afirmaron que sí es un calvario todo este proceso, porque la menor de quien se omite su nombre lleva cinco días de ir a un lugar a otro.
En la mesa de trámites número cuatro los mandaron a la Comandancia de la Policía Ministerial en San Pedro Cholula y de ahí los regresaron a la Agencia Especializada en Delitos Sexuales.
La semana pasada, la menor decidió hacer público que en noviembre de 2018 cuando ella tenía 15 años de edad, en la casa de un familiar el clérigo la tocó morbosamente y quiso abusar de ella.
El 29 de noviembre pasado decidió acudir a la Agencia en Delitos Sexuales y desde esa fecha se cumplieron cinco días sin que le entreguen copia con la carpeta de investigación.
Fue hasta la noche del cuando la enviaron con la trabajadora social y un psicólogo y el 1 de diciembre por la madrugada rindió su declaración, y fue hasta después del mediodía cuando la dejaron salir.
Le pidieron que volviera el 3 de diciembre y en esta misma semana deberá regresar para ratificar con sus acusaciones en contra del cura.
Tras el escándalo, la semana pasada la Arquidiócesis de Puebla separó al cura de la parroquia de Ocotlán y el arzobispo Víctor Sánchez Espinoza aseguró que no fue reubicado y pidió denunciar el hecho.