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Este martes, Estados Unidos confirmó su salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en una muestra más de la tendencia aislacionista de la actual administración.
Nikki Haley, embajadora del país ante la ONU, afirmó que la medida no significa que su país vaya a olvidar sus compromisos en la materia, sino una denuncia a la hipocresía reinante en el consejo y su enfoque crítico con Israel y su derecho a existir.
“Si el Consejo de Derechos Humanos va a atacar a países que defienden los derechos humanos y va a proteger a las naciones que abusan de ellos, entonces Estados Unidos no debería de aportarle ninguna credibilidad”, declaró Haley al realizar el anuncio.
“Quiero dejar en claro que este paso no es un retiro de nuestros compromisos sobre los derechos humanos. Por el contrario, tomamos este paso porque nuestro compromiso es no permitir que sigamos siendo parte de una organización hipócrita y egoísta que convierte a los Derechos Humanos en una burla”, añadió.
Como ejemplo de las incongruencias del organismo, Haley señaló la presencia del Congo, a pesar de la gran cantidad de fosas comunes descubiertas, además de ignorar la situación de los Derechos Humanos en Venezuela e Irán.
En el mismo sentido, Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos dijo en conferencia de prensa que:
“El Consejo de Derechos Humanos se ha vuelto un ejercicio de hipocresía desvergonzada, ignorando algunos de los peores derechos humanos y algunos de los peores abusadores de derechos sentándose en el consejo en sí”.
El movimiento de la administración Trump tiene lugar luego de que Estados Unidos recibiera duras críticas y enérgicos rechazos a nivel mundial por la política migratoria de enjaular a migrantes indocumentados, incluidos niños que son separados de sus padres.
Crédito: López Dóriga