Iván Tirzo
En ocho años, el patrimonio de Eduardo Rivera Pérez, candidato de la coalición Por Puebla al Frente a la alcaldía de la capital –por segunda ocasión– aumentó en un 62 por ciento pues cuando andaba en campaña en la elección del 2010, reportó poseer bienes por 4.2 millones de pesos y ahora, 6.8 millones de pesos.
Sin contar con el ingreso anual por 1.1 millones de pesos que reportó el panista en su declaración #3de3 entregado al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Mexicanos contra la Corrupción –que son las organizaciones que promueven esta iniciativa–, el exedil aseguró que solo cuenta con un auto y los mismos bienes inmuebles cuando compitió por primera vez por el mismo cargo.
Sin nuevas casas ni autos
Los bienes inmuebles de mayor valor con los que cuenta Rivera Pérez son una casa ubicada en San Andrés Cholula y un departamento en la Ciudad de México con un valor total por 6.1 millones de pesos.
Tomando en cuenta lo declarado en 2010 cuando compitió por primera vez por la presidencia municipal, sus inmuebles no han aumentado.
Incluso dejó de utilizar una camioneta Chevrolet para ahora trasladarse en un Jetta 2014 con valor de 250 mil pesos.
Incluso cuando el candidato dejó la alcaldía en 2014, según sus declaraciones publicados en la página de transparencia del Ayuntamiento, seguía ocupando la misma unidad que reportó en 2010.
Según él, en su trienio como alcalde, su patrimonio solo pasó de 4.2 a 6.3 millones de pesos.
Cabe citar que en las declaraciones anteriores, Rivera solo reportó bienes y montos totales sin desglosar el valor de cada uno a diferencia de esta ocasión.
Hasta antes de convertirse en candidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Eduardo Rivera fue acusado deirregularidades en su Cuenta Pública 2013. Incluso diputados de su propio partido aprobaron su inhabilitación por 12 años para ejercer cargos públicos y una multa de 25.5 millones de pesos.
Sin embargo, en marzo pasado, el Juez Tercero de Distrito resolvió que no hay elementos suficientes para probar las anomalías.
