Furmencio Hernández –hermano de Benita y cuñado de Juan– se formó ‘el vicio’ desde hace medio año, cuenta su esposa Elvira. El hombre se comenzó a sentir mal un día después de consumir el ‘tejón’, pero creyó que fue a causa de una caída que tuvo el martes.
El miércoles 13 de mayo su hija Julia vio las noticias y se enteró que en Huaquechula, a una hora de distancia de la ciudad de Puebla, habían muerto tres por consumir alcohol adulterado.
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Le llamó a Elvira -su madre- por teléfono y le dijo que cómo estaba su papá y recomendó llevarlo al doctor de inmediato porque era consumidor del tejón, una bebida tradicional la cual es una mezcla de aguardiente con tejocote, en el pueblo de Cacaloxúchitl de Ayala, en el municipio de Huaquechula.
El hombre de 72 años de edad fue llevado con un consultorio particular en Atlixco el día miércoles en donde más tarde murió. El médico de nombre Alonso, les dijo que el fallecimiento fue porque consumió una bebida con metanol.
Elvira recuerda que su esposo fue un hombre que nunca se enfermó de nada, ni diarrea ni nada. Desde hace medio año consumía a diario el dichoso tejón, hasta en ayunas, se salía a las 6 de la mañana y entraba hasta las 10 de la noche a su casa.
La mujer no llora al recordar a su esposo, eleva el tono de su voz al señalar que su muerte no va a quedar así y que después de enterrarlo, va a buscar que se le haga justicia porque no es el único que pereció por el dichoso ‘tejón’.
Sentada en una silla de aluminio frente al féretro azul con blanco de su esposo, la mujer de cabello cano y trenzado, que usa un babero rojo y un suéter azul, enlista en unos segundos el nombre de las cuatro tienditas en las que su marido iba a comprar el tejón.
“Con la dichosa ‘marrana’ que le decimos, es la que lo vende el tejón y el mentado Alonso también (…) y el Martín. Siguen abiertas y allá con doña Rosa… también siguen vendiendo”.
Benita y Juan perdieron a dos familiares por el alcohol adulterado
Doña Benita Hernández y don Juan Atlixqueño perdieron a dos familiares a causa de las bebidas adulteradas en Cacaloxúchitl, a Furmencio Hernández y a Pablo Cardoso de 72 y 55 años de edad. Tienen dos hipótesis con respecto a las muertes masivas, una de ellas que fue porque se le pasó la mano al fabricante y le puso químicos de más; y la otra que fue un envenenamiento premeditado.
Entre lágrimas, la voz entrecortada y recargada en la tumba de uno de sus familiares en el panteón de la comunidad, la mujer de babero azul, de complexión delgada y gruesa trenza de color gris, clama justicia y sostiene que no es justo que sus familiares fueran envenenados.
“Sin deber nada les quitaron la vida y no, no es justo para todas las personas que estamos sufriendo esto. Si eran tomadores pero no se merecían esto, lo único que pedimos es justicia”.
José Antonio era campesino y soñaba con cruzar a los EU
Martín y su primo Modesto buscaban una tumba en el panteón de Cacaloxúchitl para su hermano José Antonio, quien el miércoles murió a los 29 años de edad y ya no pudo cumplir su sueño de cruzar a los Estados Unidos y mejorar su calidad de vida.
José Antonio era el mayor de cuatro hermanos, estaba soltero. El martes se curó la cruda que traía de un día antes con un vasito de ‘tejón’ pero comenzó a presentar hipo y pensaron que era normal, hasta que comenzó a perder la vista se preocuparon, pero murió poco después.
La familia está devastada, quieren justicia dice Martín. Asegura que aunque se detenga a los culpables, no les van a devolver con vida a su hermano quien era campesino.
Martín es delgado, moreno, viste una playera roja con un toro de cuernos blancos y la leyenda Chicago Bulls en el pecho, tiene tatuajes en ambos brazos y una perforación en la ceja izquierda, dice cuando uno de sus hermanos menores que radica en Estados Unidos se enteró de la muerte de José Antonio, se quiso regresar a darle el último adiós.
“Quería venir pero no, porque no porque venga lo va a resucitar ¿para qué? Si está muy duro el paso, más con eso de la otra enfermedad (Coronavirus)”.
Suman 57 víctimas de tejón en Puebla
La lista de víctimas mortales por consumir alcohol adulterado se sigue disparando y ya suman 57. En Chiconcuautla murieron otros 4 según el ayuntamiento; en Huaquechula el presidente auxiliar confirmó una más y en Tlapanalá se reportó el primer deceso.
Estos se suman a las 51 defunciones reconocidas por la Dirección de Vigilancia Epidemiológica en los municipios de Chiconcuautla, Chignahuapan, Xochitlán Todos Santos, Zacatlán, Huaquechula y dos juntas auxiliares del municipio de Puebla.
Las cifras oficiales registran un aproximado de 14 muertes en la capital del estado; en tanto testimonios de familiares de algunas víctimas aseguran que hay al menos 15 decesos en San Miguel Canoa y 17 en San Francisco Totimehuacán.
En Huaquechula mientras las autoridades municipales no se ponen de acuerdo con las auxiliares, las tienditas que acostumbran a vender bebidas alcohólicas a granel y bajo costo, siguen operando a decir de los familiares de los que murieron en la junta auxiliar de Cacaloxúchitl de Ayala.
