El sacerdote, identificado como Álvaro Aca, de la parroquia de San Francisco Ocotlán en el municipio de Coronango, Puebla, enfrenta un nuevo escándalo y esta vez por un intento de violación sexual en contra de una menor de edad que participaba como monaguilla en su templo.
La menor narró que fue en la casa de un familiar donde el cura le acarició las piernas y ella huyó para no ser violada.
Semanas después recibió llamadas telefónicas del hombre de sotana para amenazarla a fin de que ella no denunciara la agresión.
Es el mismo cura de quien el pasado 2 de julio en MTP Noticias se dio a conocer que los feligreses lo acusaron de misógino.
Esto debido a que en sus misas se refiere a que la mujeres parecen ‘rameras’ al usar minifaldas, vestidos pegados o escotes.
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Solo quiere niñas como monaguillos
La menor, quien ahora tiene 16 años de edad, aseguró que su caso ocurrió hace unos meses, y en su testimonio a Diario Cambio dijo:
“Mi familia lo conocía, nos llevábamos bien, en cierto momento le llegué a tener el cariño de un padre que me hacía falta y yo siento que él abusó de ese cariño (…) Yo estuve de monaguilla durante dos años en la parroquia de Ocotlán (…) los hechos ocurrieron en casa de un familiar, habíamos llegado de un viaje y mi familiar lo mandó a traer porque ella le traía unas cosas (unos recuerdos) pero los olvidó en otra casa y me dijo que ella iba por ellos”.
“Me dijo dame un abrazo, pero yo sentí que eran otras sus intenciones. Me pidió un segundo abrazo de una manera morbosa y lo rechacé, porque me sentí muy incómoda. Corrí a mi cuarto, pero él me siguió (…) se sentó en mi cama y me comenzó a tocar las piernas morbosamente y yo lo quité y me salí llorando”,
En ese momento llegó un familiar y el cura se retiró. Ella ha enfrentado problemas porque a pesar de la agresión, sus familiares son tan devotos que prefieren no proceder contra el cura.
“Hace poco vi a otras niñas, me dio mucho coraje pensar que puedan ser víctimas (…) Yo quisiera que lo metieran a la cárcel, en donde esté lejos y no pueda dañar a nadie. Pediría que lo sacaran de la parroquia o que le quitaran el cargo para que no ejerza y deje de usarlo como gancho de niña”.
“Pasé varios meses sin dormir, y con pesadillas”, finalizó.
Por @MTPNoticias