Alfredo Ramírez
El propietario del terreno donde cayó el helicóptero en el que murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo Rafael Moreno Valle, Reynaldo Coyotécatl, informó que recibió amenazas para que venda su predio conocido como San José y San Josesito.
A cuatro días del accidente aéreo en Coronango, la persona, de actividad campesina y productor de ladrillos, comentó que recibió llamadas al número telefónico de su casa, de personas que no se identificaron.
El mensaje que escuchó es fuerte: “o vende su terreno o se va a arrepentir”. A lo que respondió que él no tiene miedo, aún cuando apenas y saber leer y escribir.
Como líder de una agrupación de transportistas en dicho municipio responde a aquellos que lo han amenazado que o le pagan su terreno o va a cerrar carreteras.
El coraje por los daños a su terreno es tan grande que está dispuesto a convocar a la población de Coronango, para que le ayuden a entrar a su predio y sacar a peritos, policías y militares.
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Reynaldo Coyotécal calculó en 30 mil pesos los daños al terreno, del cual dependen para comer 12 personas, además de su ganado.
Este 26 de diciembre un representante del ministerio público de la Fiscalía General del Estado de Puebla, le dijo que debe esperar hasta que concluyan las investigaciones, sin el compromiso a que le paguen los daños.
La afectación no es por el impacto del helicóptero modelo Augusta en el predio, sino por el ingreso de vehículos de Fiscalía, Policía Federal, Marina, Ejército y otras corporaciones, situación que acabó con los surcos de cultivo.
El terreno está acordonado y no puede ingresar por la pastura para su ganado.
Coyotécatl dijo que el 24 de diciembre se enteró de la muerte de las cinco personas, pero fue hasta el día siguiente cuando supo que el helicóptero cayó en su terreno.
