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Desde 1949 viaja de Acatlán a Puebla para platicar con sus muertos

Alejandro Camacho/ @alecafierro

El panteón municipal olía a flor de cempasuchil, incienso y las personas poco a poco comenzaron a llegar al campo santo para honrar a sus difuntos.

Familias enteras, niños, jóvenes y abuelitos, llegaban al cementerio.

Los poblanos no escatimaron en gastos para recordar a sus difuntos.

Uno a uno fueron llegando a los diferentes panteones de la ciudad de Puebla.

En sus manos, las ofrendas que ofrecerían en memoria de sus seres queridos.

Héctor Aguirre desde 1949 llega al panteón municipal a platicar con su madre, su padre, su esposa y dos hijos, todos yacen en este campo santo.

Cada año, desde Acatlán de Osorio se traslada a la capital poblana a recordar a sus difuntos que por cuestiones del destino han tenido que ser enterrados en este sitio en lugar de haberse hecho en su tierra natal.

“Mi padre fue alegre y le gustaban las canciones de mariachi. Esto que hago es para recordarlo y para que él también lo disfrute. Por lo menos en mi familia, que como verás es numerosa, tratamos de guardar esta tradición porque es una de la más representativas, lo mismo debemos inculcar a otras generaciones”.

Cómo tradición de hace 10 años, la familia Guzmán Andrade aporta parte de su salario de quincena para llevar a la tumba de su madre, las nuestras más representativas a su recuerdo.

Tan solo en la cripta de su familiar se colocaron casi 100 veladoras, 30 ramos de flores, una botella de tequila, una cajetilla de cigarros, adornos, imágenes y las hojaldras, adornaron durante dos días el sepulcro de su ser amado.

Desde hace 39 años un extraño arregla la tumba de su padre

 

Por su parte, Rocío Suárez Morales y su familia, llegó desde las 7 de la mañana al campo santo.

En sus brazos, cargaban una gran cantidad de flores de cempasúchil, nubes y terciopelos para adornar la tumba de su padre.

Llevaban un paso apresurado. Esto, porque misteriosamente la tumba de su padre la arreglan con flores antes que ellos.

Han pasado 39 años y no han descubierto al responsable.

“Mi padre siempre nos da la sorpresa. Siempre que llegamos a su tumba, ya se encuentra limpia, arreglada y con muchas flores. Desde su muerte, esto ocurre y no hemos descubierto quién lo hace, hasta pensamos que mi papá tenía otra familia o un querer por otro lado”.

Así transcurrió el día de muertos en el panteón municipal, donde fueron recibidas 200 mil personas que de alguna u otra forma recordaron a sus familiares fallecidos.

Fotos: Alejandro Camacho

Marisol Martinez

Marisol Martínez

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