A unas horas de que el Colegio Humboldt informara la suspensión de las clases presenciales por un supuesto brote de Covid-19, la Fundación Humboldt le lanzó un ultimátum para firmar un nuevo convenio a más tardar este miércoles 26 de enero para que puedan seguir usando las instalaciones.
En el comunicado la Fundación aseguró que el contrato que tenía con el Colegio venció el pasado 31 de diciembre de 2020 y reveló que desde el 2014 en su carácter de “Comodatario” el colegio se valió de herramientas legales en un intento por adueñarse del plantel.
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“Inició una serie de demandas, juicios y ataques judiciales contra la Fundación Humboldt A.C. la cual obtuvo sentencia definitiva emitida en el mes de julio de 2021 por un tribunal colegiado de este Sexto Circuito Federal en Puebla, dándole la razón a Fundación Humboldt en el sentido de ser reconocida como dueña y titular de todos los derechos de propiedad, así como de los frutos y accesorios que derivan de ésta”, se lee en el comunicado.
Máximo Castillo López, presidente del Consejo Directivo del Colegio Humboldt, informó que llevan 110 años formando jóvenes y tienen el deseo de apoyar la continuidad de la cultura y de la formación educativa mexicana-alemana en el estado de Puebla.
“Para no afectar a la comunidad estudiantil, padres de familia, profesores y personal administrativo, ha propuesto al Consejo Directivo del Colegio Humboldt que continúe con el desarrollo normal de sus actividades, mediante un nuevo convenio de apoyo educativo en el que se ponen a disposición del inmueble y las instalaciones”, propone.
“El cual deberá estar suscrito a más tardar el día 26 de enero de este año, según acuerdo entre ambas partes, mismo que fue suscrito ante el juez competente para que continúen administrando la actividad educativa, pero con condiciones de transparencia y vigilancia”, concluyó.
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En menos de un año este es el segundo pleito legal que enfrenta una institución de renombre en Puebla, el primer hecho ocurrió en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), donde los antiguos y nuevos miembros de los patronatos tienen una pugna que ha impedido que se lleven a cabo las clases presenciales desde junio pasado.