Un alumno de segundo grado de Secundaria del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH) planeaba matar a sus compañeros. El día que se decidió a hacerlo fue sorprendido con el arma de fuego en su mochila.
Fue en el acceso a la institución educativa donde al hacerle una revisión le encontraron la pistola con un cargador. Por lo que el menor fue suspendido de la institución educativa y sus padres llamados de declarar a la Fiscalía General del Estado de Puebla.
El periodista Arturo Núñez dio a conocer en Intolerancia Diario que fue el pasado 6 de marzo cuando se le encontró la pistola. La masacre se evitó gracias a que alguien hizo una llamada anónima para alertar de la amenaza.
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“Por más escalofriante e increíble que parezca, este alumno mantenía amenazados a algunos de sus compañeros a quienes les llegó a comentar de sus macabras intenciones”, publicó.
“La filtración de esta información a través de una denuncia anónima, permitió a las autoridades de la escuela tomar medidas precautorias por lo cual el 6 de marzo al llegar a las instalaciones del CENHCH, el adolescente señalado como sospechoso, fue interceptado a las 6:50 de la mañana y al revisarlo, confirmaron que en su mochila, efectivamente portaba un arma con el cargador abastecido”, escribió el comunicador.
En varios escándalos se vio envuelto el CENHCH en los últimos meses. El 2 de diciembre de 2019, MTPNoticias comentó la venta de brownies de mariguana, por lo que el menor fue suspendido de clases.
Fue caso de Salvador un alumno de 15 años de edad quien montó su negocio de venta de brownies de mariguana en su salón en el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), donde se carece de controles de seguridad para evitar la venta de droga dentro y fuera de la escuela.
Padres de familia informaron a MTPNoticias que Salvador estudiante de secundaria del tercer grado grupo D turno matutino comercializaba los panquecitos desde que inició el ciclo escolar 2019-2020 y posiblemente lo hacía desde más atrás pero nadie se daba cuenta.
La venta la hacía desde su salón a donde llegaban estudiantes de otros grados de secundaria y de bachiller. Sus compañeras denunciaron el hecho durante casi dos meses a la maestra Teresa Pérez, quien es jefa de grupo, solo que ella hizo caso omiso.
Foto portada: Google Maps