Raúl, es el nombre de un adolescente del 15 años de edad al que jugadores del Club América le regalaron accesos al partido contra el Puebla y le autografiaron su balón de fútbol este miércoles 11 de mayo en el Hotel Presidente Intercontinental, previo al partido de ida en los cuartos de final de la Liga Mx.
El menor padece osteosarcoma, cáncer en los huesos, por el que le fue amputada su pierna para evitar que hiciera metástasis en otro órgano. Desde el martes, Día de las Madres, se formó en el hotel con la esperanza de ver a los americanistas.
Vestido con el uniforme del Club América y sentado en su silla de ruedas, Raúl presumió con lágrimas en los ojos a MTP Noticias, las firmas de los jugadores en su balón de color negro con amarillo fluorescente . Se dijo contento de lograr uno de sus sueños, pues se considera uno de los admiradores más fieles del equipo azulcrema.
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Contó que recibe quimioterapias en el Hospital para el Niño Poblano y se traslada hasta ese punto constantemente. Este jueves estaba emocionado y no perdía las esperanzas de ver a sus jugadores y finalmente, antes de que se trasladaran al estadio Cuauhtémoc, la mayoría se acercó a tomarse una foto con él.
Raúl también dio muestras de su buen corazón y le regaló a otro aficionado uno de los tres accesos que le obsequió el equipo americanista.
Este miércoles 11 de mayo, el Club Puebla y el América se disputarán en cuartos de final en el encuentro de ida en el estadio poblano. Ambos equipos recibieron muestras de cariño de sus seguidores, previo al partido.
En las inmediaciones del Hotel Presidente Intercontinental, más de un centenar de aficionados americanistas, llegaron con porras, aplausos, pancartas y cantos. Ovacionaron a los jugadores al salir del lugar, aunque estos no se detuvieron a saludarlos. Destacó la presencia de adultos mayores y niños.
A las afueras del Grand Fiesta Americana una pequeña porra de apenas 20 aficionados saludó al equipo poblano. Al llegar al estadio, los esperaba un grupo más grande de seguidores, quienes vestidos de azul y blanco les lanzaron porras y aplausos.
Por Carlos Alfredo Sánchez