Jesús Peña
Jonathan Fabbro jugó para Lobos BUAP en 2017 y fue su último club. Este jueves, el exfutbolista acusado de abuso sexual infantil se enteró que enfrenta una pena de 24 años de cárcel, aunque será el próximo 29 de agosto cuando reciba sentencia.
Con 37 años edad, el argentino nacionalizado paraguayo siempre se ha declarado inocente de cualquier acusación, recibiendo en todo momento el apoyo de su novia Larissa Riquelme, modelo guaraní que en Sudáfrica 2010 se ganó el título de “La novia del Mundial”.
El sitio de noticias argentino Infobae precisó que el abogado Gastón Marano pidió 24 años de cárcel por el delito de abuso con acceso carnal agravado y corrupción de menores, que Fabbro habría efectuado en cinco ocasiones durante seis años en contra de su ahijada, cuando ella tenía entre cinco y 11 años. La identidad de la menor de edad, hoy de 13 años, ha sido protegida.
Además tiene otra acusación similar en su contra en Paraguay, sobre una tentativa de abuso a una niña de cinco años que pertenece al entorno directo de su pareja, la modelo guaraní Larissa Riquelme; sin embargo, este caso tiene plazos suspendidos en tanto se define su situación en Argentina.
El exfutbolista jugó en Argentina, Colombia, España, Brasil, Chile, Paraguay y México, destacando clubes como Mallorca, Boca Juniors, Universidad Católica, Cerro Porteño y River Plate. A nuestro país llegó en 2005 para enrolarse con Dorados, luego salió del país y volvió en 2016 con Chiapas, para que luego de descender ingresará a Lobos BUAP en 2017.
Ya en el club poblano disputó sólo nueve partidos y anotó un gol, pues el 4 de diciembre de 2017 se dio por finalizada su relación laboral, para que Fabbro pudiera resolver su problema legal, pero 16 días después fue arrestado en Cholula por la Interpol y extraditado a Argentina en mayo de 2018.
Durante 2017, medios de comunicación en Argentina exhibieron la denuncia presentada en abril de ese año contra Fabbro, según la cual la víctima sufrió de los cinco a los 11 años de edad ataques sexuales consistentes en toqueteos, eyaculaciones en la boca y sexo oral, los cuales habrían sido en el auto del futbolista y en casa de su abuela.
La madre de la víctima presentó como pruebas capturas de pantalla de WhatsApp entre la víctima y su agresor, incluyendo textos y audios incriminatorios.
CRÉDITO: NG Noticias