Red Privada ¿Quién mató a Manuel Buendía? Se vuelve el documental obligado de esta temporada, pues retoma el trabajo “inconcluso” o “todavía no anunciado” del asesinato hace treinta y siete años del periodista Buendía.
Con fuertes tintes de investigación pero haciendo uso del género del documental, Netflix trae a la pantalla las estancadas líneas de investigación de aquella noche del 30 de mayo de 1984 cuando se mancharon de sangre las páginas del periodismo nacional.
De cuatro tiros había sido asesinado Manuel Buendía autor de Red Privada, colaboración que inició desde 1958, cuando era editor en La Prensa y se publicó hasta el último de sus días bajo las siglas del Excélsior.
Manuel Alcalá retoma uno de los temas que al gremio periodístico sigue estremeciendo, y así como lo menciona “Buendía no fue el primer periodista ni lamentablemente el último en ser asesinado”, es por ello, que bajo su dirección busca establecer un vínculo con el pasado para identificar un problema vigente que asciende a cuando menos a doscientos periodistas asesinados en los sexenios de Fox, Peña Nieto y López Obrador.
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Con la frase de 1984 de George Orwell inicia su trabajo: “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado” y de inmediato empieza la caída de tipos de imprenta a la par de la voz de Giménez Cacho haciendo referencia al último día que se publicó Red Privada: “Hoy es el día, es el último día” y a manera de despedida el columnista en primera persona hace referencia a la despedida entre él y sus lectores y evocando a aquella primera nota que se publicó el 16 de julio de 1963 inicia la historia.
Entre los personajes que aparecen está Jorge Carrillo Olea, en aquel entonces secretario de gobernación; Sergio Aguayo, periodista; Iván Restrepo, escritor; Virgilio Caballero, periodista; Luis Soto, periodista; Jacobo Zabludovski, quien aparece en varias escenas narrando el asesinato; Juan Manuel Bautista, ayudante del archivo de Buendía; Raymundo Rivapalacio, periodista;
Asimismo, Félix Fuentes, periodista; José Reveles, periodista; Jorge Meléndez, periodista; Elena Poniatovska, escritora; Carmen Aristegui, periodista; Fernando González de la Parra, director de Ovaciones; Miguel Aldana, Director de Interpol; Félix Fuentes, periodista; Juan Rafael Moro Ávila, agente de la dirección federal de seguridad, y la controvertida presencia de José Antonio Zorrilla, director de la DFS, entre otros políticos como Miguel de la Madrid , José López Portillo, Rubén Figueroa exgobernador de Guerrero y el polémico Manuel Bartlett Díaz.
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En la hora cuarenta minutos del trabajo de Alcalá, nos propone un concienzudo análisis sobre las “claves” no resueltas en el caso del asesinato del premio nacional de periodismo (1977 y 1978), quien a través de sus trabajos sentó las bases para iniciar las investigaciones sobre el inicio del narcotráfico en México.
Nuestro personaje, vestido con su tradicional gabardina, lentes oscuros, poseedor de una inteligencia y valentía sin igual, a través de sus columnas incomodó a varios personajes políticos de aquellos tiempos.
De perfil misterioso caminó como columnista, director de medios, y funcionario del ya desaparecido D.F.; vivió siempre de manera controversial, pero diría caminando siempre en el filo de la navaja.
Justo en aquellos tiempos donde la Presidencia de la República ejerció un control férreo contra el periodismo nacional; donde se presionaba a través del control del papel para la impresión de los diarios a través de PIPSA (productora e importadora de papel sociedad anónima) ese era el pan de cada día.
En el documental, Alcalá juega con varios recursos desde las escenas del incidente en blanco y negro, recreaciones, testimonios, segmentos noticiosos, imágenes periodísticas, la presencia de escenas como si fueran negativos y con una voz en off, que nos permiten como espectadores adentrarnos en la historia.
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Finalmente, la presencia y el silencio de José Antonio Zorilla siguen y seguirán incomodando a varias generaciones. Papel fundamental seguirán siendo los expedientes “perdidos”, donde existieron fuertes críticas a la CIA muy cerca de esa Red Privada de funcionarios que hasta hoy tienen vigencia.
Y la pregunta sigue en el aire y parafraseo a Poniatovska en el prólogo al libro de la CIA en México “¿En dónde radica el valor de Buendía? En su buena información, su buena prosa, su capacidad de denuncia, su falta de miedo y su archivo. Buendía recuerda, coteja, comprueba”.
Al tiempo.