Julieta Cerezo
Apenas hace unos días llegó a los cines de todo el país el team de los menos atemorizantes monstruos con Hotel Transilvania 3, y en menos de 10 días se estrenará Misión Imposible: Fallout que es la sexta entrega de estas cintas y tanto de la película animada como de la gallina de los huevos de oro de Tom Cruise, ya se anticipan una cuarta y séptima película, respectivamente.
Y es por la cantidad de secuelas, precuelas, spin offs, etc., que surgen a partir de un fenómeno cinematográfico lo que nos lleva al tema de esta semana: ¿cuándo deben “morir” las sagas? No vayamos lejos, apenas en mayo se estrenaba y fracasaba Han Solo: A Star Wars Story, cuyo mal trago llevó a Disney – Lucas Films a replantear la estrategia de “explotación” para esta aun atractiva pero agonizante saga.
Tan sólo en Hotel Transilvania 3, la historia plantea que los monstruos encabezados por Drácula (voz en inglés de Adam Sandler) se alejan del hotel que él posee en Transilvania y en el que aloja única y exclusivamente a otros monstruos para pasar “unas vacaciones” en otro hotel (un crucero, en realidad) único y exclusivo para monstruos.
Conforme la película avanza también se reafirma la idea de “esto ya lo vi”, pues el director Genndy Tartakovsky encontró una fórmula explotable y aceptable para que esta saga siga. Con pocos días en cartelera las buenas cuentas que esta película le rinde a Sony Pictures, ya casi confirman la realización de una cuarta parte, en la que posiblemente se profundice en – spoiler alert – el nuevo noviazgo / compromiso de Drácula.
Por otro lado, la crítica estadounidense ya aplaude el logro de Tom Cruise y compañía en Misión Imposible: Fallout, por lo que también casi se confirma que habrá una séptima entrega. Pero en este caso, los malos números de la cuarta parte – que casi no asegura una quinta – llevaron a que Cruise “colgara” el vestuario de su personaje Ethan Hunt por un rato, sin embargo, sus seguidores demandaban el retorno de la temeraria versión americana de James Bond.
Y es que la industria cinematográfica se aferra cual Spiderman moribundo y parece decir: “no me quiero ir Sr. Stark” por lo que una vez encontrado un éxito moderado o muy grande, se decide explotarlo hasta el hartazgo.
Para las actuales generaciones el primer Batman cinematográfico fue el interpretado por Michael Keaton en la cinta homónima de 1989 y que dirigió Tim Burton; luego del éxito, esta dupla regresó en Batman Returns, es importante mencionar que ya se había hecho una primera película en 1966 (también llamada Batman).
Tras la salida de Keaton y Burton del proyecto se crearon las olvidadas Batman Forever y Batman & Robin que, de acuerdo con los especialistas, nunca debieron ser realizadas especialmente la última, en la que George Clooney interpretó al héroe – murciélago y se le consideró el peor Batman de la historia.
Y aunque esa saga debió morir desde su mal lograda tercera parte, el nuevo milenio significó “borrón y cuenta nueva” para el custodio de Ciudad Gótica pues con el proyecto en manos de Christopher Nolan como director y el camaleónico Christian Bale como Batman, se creó la trilogía: Batman Begins (2005), The Dark Knight (2008) y The Dark Knight Rises (2012).
Pero el logro fue opacado por la avaricia de Warner Studios cuando, al renacer otra saga que ya no despegaba – la de Superman – resucitó a todos los integrantes de la Liga de la Justicia y nos dio a un nuevo Batman, encarnado ahora por Ben Affleck, el fracaso de la Liga de la Justicia y el rechazo a este hombre – murciélago opacaron el éxito de Nolan.
Pero el cine de cómics o superhéroes no es el único género que abusa de sus historias, como Hotel Transilvania, las películas animadas que “pegan” tienen sagas hasta que el dibujante / animador 3D se cansa.
Usted tendrá en su memoria a un dinosaurio cuello largo llamado “Pie Pequeño”. Este tierno animal extinto – algo así como “el Bambi” del mundo jurásico – logró 13 películas desde la primera lanzada en 1988 que se llamaba The land before time hasta la última The land before time: The wisdom of friends, que llegó directamente a DVD en 2007, pero estoy casi segura que tendrá en su memoria gratos recuerdos de la primera y, tal vez, de la segunda película.
Con el nuevo milenio y la animación 3D que parecía exclusiva de Disney y Pixar, llegó un personaje que se mofaba de Disney, de sus princesas, de su parque temático y de su comercialización: era Shrek, el ogro del pantano cuyo compañero incondicional era un burro parlante que se llamaba… pues Burro.
La primera y la segunda película, a cargo de Dreamworks, le dieron frescura a las cintas animadas pero la avaricia del estudio los llevó a Shrek Tercero y Shrek para Siempre así como a un spin off del Gato con Botas que, muy originalmente se llamó: El Gato con Botas.
Otro género que apuesta por la continuidad “al infinito y más allá” de sus películas es el de terror. Títulos como Pesadilla en la calle del infierno, Halloween o El juego del miedo, acumulan 8, 11 y 7 películas cada una, sin embargo, las que trascendieron prácticamente como “de culto” en su estilo fueron las primeras partes.
Y es que todo lo que funciona en el cine debe ser usado hasta que se convierte en una sombra de su original, incluso lo que surgió como una idea fresca o diferente se copia hasta que el espectador puede adivinar lo que sucederá. Tan sólo este año se han visto títulos como Avengers: Infinity War o Jurassic World: Fallen Kigndom, continuaciones de otras historias que hasta ahora parecen ganarse el corazón del público pero, que de no cuidar sus historias, podrían ingresar a la lista de las sagas sobre-explotadas.