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Julieta Cerezo

Ya una semana ha transcurrido del estreno de Solo: A Star Wars Story, las críticas destrozaron la cinta del veterano cineasta Ron Howard y la taquilla tampoco fue favorecedora. “Tengo un mal presentimiento sobre esto”, es lo que cualquier personaje de esta saga – o LA SAGA – diría ante la situación que atraviesa la historia que narra los orígenes del piloto/ rebelde/ galán/ cowboy del espacio, Han Solo.

Pero tengo que defender esta película, si bien la taquilla habla del incipiente hartazgo en el mundo por la explotación que se sabía que habría a partir de que Darth Mickey (Disney), compró la franquicia, considero que hay momentos que salvan la producción que parece estar condenada por su protagonista y es que Alden Ehrenreich (el joven Han Solo), tiene un problema del que no puede ser culpado: él no es Harrison Ford.

¿Todo es culpa del protagonista? ¿De la historia? ¿De Ron Howard? Hay quien incluso ha culpado a los fans y esto podría ser cierto pero desde un primer momento debemos considerar como factor, el tiempo.

Lucas Film bajo la tutela de Disney, ha entregado del 2015 hasta mayo de este año cuatro películas que “han desequilibrado la fuerza”. Las tres primeras, las que iniciaron el mito y que cronológicamente corresponden a los episodios IV, V y VI (A new hop, The Empire strikes back The return of the Jedi) se realizaron en seis años, entre 1977 y 1983.

Esto implica que George Lucas se tomó suficiente tiempo, aunque tal vez no todo el que hubiera querido, para plantear cómo superarse a sí mismo en cada episodio. Ahora, con un estreno cada año o en menos de un año, se señala cada error en las nuevas películas como si el propio Lucas no se hubiera equivocado.

Ya en tiempos recientes, recuerdo con cierta decepción el diciembre de 2015, cuando llegaba a las salas el Episodio VIIThe force awakens, la injustificada maldad de Kylo Ren que no convence como sustituto de Darth Vader, un héroe masculino que aún no conecta con el público que es Finn y un fantasma de Han Solo con Poe Dameron. George Lucas ya no encabezaba el proyecto y era agridulce el sabor que dejaba este estreno.

Todo parecía retomar su camino cuando Rogue One: A Star Wars Story se estrenaba en los cines y se sufría con el grupo de rebeldes que robó los planos de la Estrella de la Muerte para derrocar al Imperio. Diego Luna (Cassian Andor) moría cual héroe mexicano, dando su vida por una causa mayor y en los brazos de Felicity Jones (Jynn Erso), con apenas unos minutos de aparición de Darth Vader quien acababa con todos los rebeldes que se le pusieran enfrente, Lucas Films noqueó al lado oscuro de las críticas para convertirse en la mejor NUEVA película de Star Wars.

Y llegó el Episodio VIII The Last Jedi, y las opiniones fueron encontradas, la Princesa Leia que volaba en el espacio (sin casco) y un Mark Hamill (Luke Skywalker) omnipresente, además de extracción de leche azul y Kylo sin armadura, detonaron en cientos de memes y en el inicio de la batalla más importante: la de los fans contra el resto del mundo.

Pero al nuevo Han Solo parece odiarlo todo el mundo, ni los fans ni los no fans están contentos con lo que había en pantalla, el primer vuelo del Halcón Milenario con Solo al frente o el inicio de su amistad con ‘Chui’, parecieron despertar la curiosidad de los espectadores.

Las expectativas en taquilla para el primer fin de semana (el de estreno y el más importante), mostraron el espaldarazo del mundo contra el que fuera el gran héroe de la primera saga. Habría que considerar que Solo, por mucho que sea popular, llegó ante un público cansado, tal vez saturado de ciencia ficción.

En una era en la que los geeks gobiernan la pantalla, las series, la mercancía, los juguetes y las convenciones, tal vez Solo aterrizó ante la hostilidad de quienes ven en nuevos personajes que no son héroes sino superhéroes, sus actuales roles a seguir. Quizá está muy por detrás de lo que Ironman, Thor, o cualquier personaje actual ofrece para impresionar.

Sus habilidades de piloto son fácilmente eclipsadas con gemas del universo e incluso su carácter cínico y despreocupado está atrasado por varios parsecs contra el humor de Star Lord o del mismísimo Deadpool.

Pero Han Solo no debe sucumbir al lado oscuro, esta nueva película que coquetea con todo ese maravilloso universo que es Star Wars, tienen momentos tal vez no magníficos pero sí significativos, como cuando Han y ‘Chui’ se conocen y desde ese primer momento se tendrán lealtad el uno al otro. Se explica, además, la aparente rudeza de Solo como el resultado de un mal de amores.

Foto: web

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Julieta Cerezo

Julieta Cerezo

Reportera con experiencia en medios de comunicación desde el año 2009. Ha sido editora y coordinadora de información.