Julieta Cerezo
Durante el pasado enero, la cinta All the money in the world era blanco de críticas que nada tenían que ver con su contenido pues su protagonista, Mark Wahlberg, había cobrado 1500 veces más que su compañera de reparto, Michelle Williams, por rehacer unas escenas; en febrero, Frances McDormand, se alzaba como la ganadora del Oscar a Mejor Actriz, y en su discurso de triunfo pedía que los productores que la escucharan a ella, y a sus colegas mujeres, sobre los proyectos cinematográficos que tienen para desarrollar.
En marzo, otra última estocada importante reforzaba la desigualdad salarial y de oportunidades para crecer en la industria del cine entre mujeres y hombres, pues se descubrió que la protagonista de la serie The Crown, Claire Foy, ganó menos que su coprotagonista, Matt Smith, bajo el pretexto de una trayectoria más larga por parte de Smith. Sin embargo, el papel de la reina de Inglaterra y el sustento de la serie era la misma Foy.
Como esos casos, decenas de otros más que van de la mano con el movimiento #MeToo que exhibió la red de acoso sexual y presuntas violaciones cometidas por el ex productor, Harvey Weinstein, alertaron a la industria y a los espectadores que, ni en esa “vida de ensueño”, las mujeres eran respetadas o tratadas con igualdad.
Con ese contexto, importante e histórico de fondo, se estrenó la semana pasada Ocean’s 8 (Las estafadoras), un spin – off de la trilogía de Ocean’s 11 (La gran estafa), que prácticamente retomó la esencia de la “saga” protagonizada e impulsada por George Clooney pero la llenó del girl power que tanto reclama Hollywood.
La película es protagonizada por Sandra Bullock, quien interpreta a Debbie Ocean, hermana del personaje de Clooney (Danny Ocean), quien al salir de la cárcel y encontrarse sola en Nueva York, spoiler alert porque Danny está muerto, recluta a un grupo de mujeres que le ayudarán a realizar un importante robo.
Viejas colegas de Debbie son sumadas a la “nueva gran estafa” y si bien el mensaje es claro al más puro estilo del slogan “we can do it”, la cinta coloca al grupo de Debbie Ocean en un balance perfecto entre feminidad y destreza (sí, para robar).
En este contrataque de mujeres con habilidades extraordinarias, persisten también los chistes y los momentos de tensión que caracterizaron a las cintas predecesoras ante un inesperado final que, de alguna manera, es anticipado desde el tráiler de la película.
El aparente target del plan maestro de Ocean (la nueva Ocean) y sus compañeras es el collar Toussaint de la casa Cartier valuado en 100 millones de dólares, ¡ups! perdón Anne Hathaway, en 150 millones de dólares y que es exhibido en la mítica Gala del Met que, precisamente, tuvo lugar el 7 de mayo de este año y un mes después, el 7 de junio, la película Ocean’s 8 llegó a las salas de cine.
El plan desarrollado por Debbie y su socia estafadora, Lou (interpretada por Cate Blanchett), envuelve al espectador, incluso al que es ajeno a la moda, en un mundo de extravagancia y opulencia, entre Dolce & Gabbana, Burberry, Valentino y un toque de Prada, que va más allá del vestuario pues la gala – la gala del Met – en la que este grupo ejecuta su estafa, se mantiene fiel al evento codirigido por Anna Wintour, editora en jefe y máxima imagen de la revista Vogue.
Es más, un sinfín de cameos importantes mantienen ocupado al cinéfilo mientras Debbie y Lou montaron y realizaron un robo tal vez más grande que los hechos por Danny Ocean y sus camaradas. En la película, segundo spoiler alert, pueden ser vistas dos hermanas del clan Kardashian, Kim y Kendall (Jenner); las modelos Gigi Hadid y Hailey Baldwin, los diseñadores Tommy Hilfiger y Alexander Wang, y por supuesto la propia Anna Wintour.
Tal vez en una primera revisión de la película, estos rostros pasen o no desapercibidos, considerando que el elenco está conformado por grandes actrices, junto con Bullock y Blanchett, esta estafa es lograda por Helena Bonham Carter, Anne Hathaway, Mindy Kaling, Sarah Paulson, Rihanna y Awkwafina.
Y como pasó en las películas de Ocean’s 11 (seguidas por las Ocean’s 12 y 13), cada una de las mujeres que respaldan a Debbie, tiene un talento o habilidad especial para integrar la pirámide perfecta en el robo más importante de la costa este, ya que el grupo de Danny Ocean se ubicó en el oeste, robando en Las Vegas.
Ocean’s 8 se suma a la lista de poder femenino cinematográfico que le reafirma a las mujeres que pueden ser y hacer lo que quieran, desde participar en un glamuroso robo con Debbie, amar y disfrutar la vida como lo hizo Carrie Bradshaw en Sex and the city y que celebró su vigésimo aniversario y, por qué no, salvar al mundo como lo ha probado ya Wonder Woman (Gal Gadot), Tomb Raider: Las aventuras de Lara Croft (Alicia Vikander) y como lo hará Brie Larson al dar vida a Captain Marvel.
Ya lo dijo la legendaria Meryl Streep:
“Mujeres, no se preocupen por su apariencia. Lo que te hace diferente o extraña; esa es tu fuerza”.