Segunda parte
En nuestro estado ha proliferado la violencia infantil, que MTPNoticias ha informado de manera oportuna, como el asunto de una niña que era golpeada por sus padres a causa de no saberse las tablas y las vocales. UNICEF sostiene que cuatro de cada 10 madres, y dos de cada 10 padres, sin importar el ámbito de residencia, reportan pegarle o haberles pegado a sus hijas o hijos cuando sintieron enojo o desesperación. Asimismo, dos de cada 10 mujeres reportan que sus esposos o parejas ejercen o han ejercido violencia física contra sus hijas o hijos en las mismas circunstancias.
Debemos recordar que los niños, niñas y adolescentes (son niñas y niños las personas con menos de doce años, y adolescentes las personas de entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad; para efectos de los tratados internacionales y la mayoría de edad, son niños los que cuentan con menos de dieciocho años de edad) tienen derecho a una vida sin violencia, explotación o abuso de cualquier tipo. El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención a niños; desafortunadamente, el castigo corporal, las agresiones psicológicas y otras formas humillantes de trato se consideran normales y son ampliamente aceptadas, tanto como métodos de disciplina como de interacción cotidiana.
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El castigo corporal fue reconocido en la Ley General de los Derechos de niñas, niños y adolescentes en enero de 2021 y lo considera como “todo aquel acto cometido en contra de niñas, niños y adolescentes en el que se utilice la fuerza física, incluyendo golpes con la mano o con algún objeto, empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, obligar a sostener posturas incómodas, quemaduras, ingesta de alimentos hirviendo u otros productos o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve”.
La ley de referencia, hace una diferencia del castigo corporal con el castigo humillante, haciendo notar que es cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación cometido en contra de niñas, niños y adolescentes.
El vivir en familia, como espacio primordial de desarrollo y bienestar y el tener una vida libre de violencia son algunos principios rectores de la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes como el derecho a la vida, a la paz, a la supervivencia y al desarrollo y el derecho a vivir en familia.
México ocupa el primer lugar, entre los 33 países de la OCDE, en violencia física, abuso sexual y homicidios cometidos en contra de menores de 14 años; el maltrato infantil en muchos casos concluye en una calamidad, siendo la muerte de un infante (infanticidio) como homicidio calificado o en razón de parentesco como fue mencionado en nuestra entrega anterior.
Por que ser niña o niño no debe doler.
Por Keren Reyes / @keren_kelly
Foto: Freepik