Gerardo Pérez García
Los demonios se soltaron.
O los soltaron manos poderosas.
Ahí están los ríos de tinta de columnistas, analistas y editorialistas más leídos de los diarios nacionales, como son Reforma, El Universal, Excélsior, El Financiero, El Economista, Reporte Índigo, la revista Proceso, televisión, radio y portales.
Todos, absolutamente todos, hablan de Manuel Bartlett por su designación de titular de Comisión Federal de Electricidad, que anunció el Presidente Electo de México, Andrés Manuel López Obrador.
Unos lo mandan al infierno.
Y lo crucifican.
Enjuician y condenan.
Otros lo elevan al cielo.
Lo citan como el hombre indicado para el sector de energía.
Los menos le otorgan el beneficio de la duda.
Con la suma de los intereses nacionales y extranjeros que han cohabitado en México para apoderarse del petróleo y la energía, y que, ante la llegada a la Presidencia de México de López Obrador, ven, sienten y presienten que se acabarán sus jugosos y millonarios negocios, y componendas.
Casualmente, los ríos de tinta de ese caudal de columnas y análisis, además de las horas en radio, televisión e internet, en ninguno de esos espacios mediáticos se ha acusado ni se acusa de corrupción a Bartlett.
Ni los empresarios que “lo adoran”.
Ni los magnates periodísticos.
Ni la oposición.
O su ex partido, el PRI.
Tampoco los poblanos.
Ni el ex gobernador Rafael Moreno Valle….
Ninguno acusa, señala, imputa o infiere que Bartlett se haya enriquecido en los diversos cargos que ha ostentado.
Mucho menos que haya prohijado actos de corrupción cuando ocupó las Secretarías de Gobernación y Educación Pública, y de Gobernador de Puebla.
Bajo ese escenario, el jurista Bartlett ha sido un férreo defensor de la soberanía nacional desde la máxima tribuna del País: El Congreso de la Unión.
No solo fue Secretario de Gobernación de seis años -de los contados titulares que duraron en el cargo el sexenio completo-.
No solo ha sobrevivido a la brutal campaña de la caída del sistema en 1988, en la elección Presidencial de Carlos Salinas de Gortari contra Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
No solo ha enfrentado el caso del asesinato del periodista Manuel Buendía y del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar, que han intentado inútil e infructuosamente endosarle.
No solo aguantó a pie firme no haber sido nominado candidato del PRI a la Presidencia de México.
No solo resistió los ataques “subterráneos” del entonces Presidente Ernesto Zedillo, cuando era Gobernador de Puebla.
También del ex mandatario nacional Carlos Salinas de Gortari.
Y de los poderosos hermanitos Manlio Fabio Beltrones & Emilio Gamboa Patrón.
Tampoco ha podido ser doblado por el poderoso grupo tecnócrata que gobierna a México desde la era de Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto.
Y cuando muchos presagiaban el fin de Bartlett… Carlos Salinas lo designa Secretario de Educación Pública, dado que era el único que podía hacerle frente a la otrora poderosa líder magisterial Elba Esther Gordillo.
Sin olvidar:
Elba Esther arriba a la Secretaría General del SNTE de la mano de Salinas-Manuel Camacho-Marcelo Ebrard, después de haber encarcelado al dirigente de los petroleros -La Quina- Joaquín Hernández Guzmán, por lo que Carlos Jonguitud no tiene más opción que dimitir a la dirigencia de Vanguardia Revolucionaria del SNTE.
A la salida de la SEP… también se escribió el epitafio de Bartlett.
Más don Manuel arribó como candidato al Gobierno de Puebla.
Y lo gobernó de tal forma que transformó al Estado.
Lo sacó del cascajo textilero, para relanzarlo con el Centro Comercial Angelópolis, el Centro de Convenciones, las vialidades del Periférico, el apoyo al campo, la convivencia con empresarios, el clero, partidos políticos, la prensa.
Con la suma:
Abre el proceso interno del PRI a elección del candidato a sucederlo en Casa Puebla y se da el juego abierto, sin cartas marcadas, para que en consulta abierta los poblanos -y poblanas- elijan al abanderado.
Y Melquíades Morales se impone a José Luis Hernández.
Y Melquíades se convierte en el sucesor de Bartlett.
Además, decide competir en la interna por la candidatura Presidencial, a sabiendas que uno de su principales obstáculo es el inquilino de Los Pinos… Ernesto Zedillo.
No logra su cometido Presidencial, la estructura y el sistema se le echan encima.
Mas logra llegar al Senado de la República y desde ahí se convierte en el adalid de la industria energética de la nación.
Mas su voz se ahoga en el desierto.
No obstante se convierte en el detonador de conciencia en la izquierda.
En el 2006 llama al voto de utilidad y nacionalismo ante el amasiato cada vez más evidente del PRI-AN.
Es ahí donde converge con la postura política del candidato del PRD, López Obrador sobre la defensa del petróleo y energía.
Finalmente gana la elección el panista Felipe Calderón.
Hombre de tempestades
Tiene un remanso de 206 al 2012.
Y retorna por segunda ocasión al Senado de la República.
Sólo que ésta vez lo hace bajo las siglas del PT.
Ahí vuelve a defender son solidez jurídica y nacionalismo la defensa del petróleo y la soberanía del País.
Ayer y hoy ha denunciado la perversa alianza del PRI-AN.
Y a partir de diciembre de 2018 estará con la oportunidad histórica para acabar con la corrupción y cohechos de la industria energética.
Manuel Bartlett Díaz tiene la palabra.
Ahí el jurista, político y nacionalista escribirá una página más de la historia de México.
Y en los hechos demostrará por qué López Obrador lo designó al frente la CFE.
Porque ambos, Andrés Manuel y Manuel tienen un paisaje tabasqueño.
López Obrador oriundo de Tabasco.
Bartlett Díaz, su padre nació y gobernó Tabasco.
Al tiempo.