El merequetengue sobre el Paquete Económico 2020 no deja atrás a los estados y en el caso particular de nuestra chula Puebla no será la excepción.
Hasta este momento lo que hemos visto del paquete es que no habrá una inversión en infraestructura como se nos tenía acostumbrados, incluso no figuran recursos para la construcción del hospital del IMSS en Amozoc, contrario a lo que Zoé Robledo había anunciado cuando visitó la entidad.
En cambio, en la propuesta figura un presupuesto por 4 mil 423 millones bajo el concepto de ‘Subsidios para Organismos Descentralizados Estatales’.
Para algunos amigos blanquiazules esto en realidad significa un sacrilegio ¿no creen?
¡Y como no! Si nos tenían acostumbrados a más de 21 mil millones de pesos en mega obras, mismas que definieron al morenovallismo como si fuera un imperio romano.
Sabemos que la suma de recursos invertidos en mega proyectos de infraestructura durante las administraciones morenovallistas asciende a 21 mil 834 millones de pesos, que resulta ser la cuarta parte del presupuesto estatal solo para el 2019, o sea, demasiado.
Bien cabe recordarles amados lectores, que apenas el viernes la Comisión Inspectora del Poder Legislativo pidió a la Auditoría Superior del Estado una nueva revisión, porque más del 60 por ciento de los proyectos realizados en estas gestiones no fueron auditados y tomando en cuenta todo lo que quizás hoy estamos destapando, muchas de estas obras pudieron tener uno que otro secretito escondido como contratos regalados a los compadres, sobrecosto en la compra de materiales o simplemente ser obras fachadas.
Y es que como siempre les digo, ahí está el detalle.
En Puebla, al menos las últimas obras de Rafael Moreno Valle, fueron una fachada. Justo antes de culminar su administración para colocar a Tony Gali en el timón del barco, algunas obras como la ciclopista del boulevar Hermanos Serdán las terminaron de la noche a la mañana para la foto. Sí, solo para que salieran bien en la foto sin importarles si faltaban 2 meses para terminar la obra o si tenían que esperar a que secara el concreto, lo único que importaba era la foto.
Hoy muchas de esas obras se van a ir al tambo de reciclaje; sin embargo, nosotros seguiremos obligados a pagar los más de 7 mil 280 millones de pesos por otros 23 años gracias al esquema privado de financiamiento con el que se pagaron algunas obras tales como el Museo Internacional Barroco, que está más vacío, triste y desolado que Javier Lozano ahora que no tiene quien le haga fiestas cada que dice: no sean ordinarios.