Tres millones 225 mil 206 mujeres hasta el 2015 habitaban en Puebla, y a pesar de haber transcurrido 3 años desde ese censo, esta es una cifra que se ha reducido de forma mortal.
En lo que va del 2018 se tienen contabilizados 69 feminicidios, pero casualmente el Sistema Nacional de Seguridad Pública únicamente reconoce 11, y sí, aunque pareciera una triste “casualidad”, es algo que está muy lejos de ser un simple accidente.
La Fiscalía del Estado de Puebla, responsable de entregar los datos al SNSP, responsable también de brindar justicia a los poblanos, ha mantenido a una figura polémica e incapaz de realizar su trabajo.
Esta figura tiene nombre, apellido y cargo: Víctor Carrancá Bourget; el intocable fiscal del estado de Puebla, quien ha brillado por su ausencia y ha generado los comentarios más “atinados” sobre el tema.
Víctor Carrancá, destacó por reformar el término “feminicidio” y catalogar que cualquier persona que asesinaba a una mujer era un feminicida. Este acto lo realizó sin si quiera establecer parámetros, es decir que para Carrancá, es lo mismo un asesinato por negligencia médica que un crimen de género.
Gracias a su falta de talento, y ganas de trabajar en la fiscalía, tenemos a alguien que se aferra al cargo con toda la intención de seguir disfrutando de vacaciones familiares “justificadas” en la Patagonia, cuando en realidad debería de estar atendiendo todos los expedientes inconclusos acumulados en su escritorio.
Tal ha sido su incapacidad para resolver los pendientes de la fiscalía que la Conavim y la CNDH han realizado observaciones profundas, entre las que destacan mil 80 casos de desapariciones en el estado, o el “invisibilizar la desaparición de mujeres y niñas que fomenta su prevalencia e impunidad”.
El estado de Puebla ha establecido que tiene la disposición de trabajar y de resolver el problema, tal ha sido su disposición que la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró al estado como “ejemplo en el combate a la violencia de género”, pero no confundamos, una cosa son las acciones que se toman en materia de política pública, y de prevención y otra muy distinta las que, lamentablemente, la fiscalía no permite realizar.
En los últimos años nos ha quedado claro que la justicia está sobrevalorada y que evidentemente no es para cualquiera. El intocable fiscal nos ha dejado claro que no es lo mismo una Mara Castilla, a una mujer con lesiones en el cráneo encontrada en el municipio de Xicotepec, que por supuesto no tendrá justicia, o al menos hasta que Carrancá este en el cargo.
Lamentablemente el intocable Víctor Carrancá tiene otros pendientes por resolver antes de decidir si renuncia, tal como se lo demandó la ahora gobernadora electa Martha Erika, y es que los mismos funcionarios de la fiscalía reconocen que por cada 100 denuncias realizadas por robo a establecimientos, solo atienden una, y vaya, no nos extraña, mientras Carrancá esté en el cargo hasta en la impartición de justicia hay niveles.
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