Los Reporteros de MTPNoticias se pusieron creativos y escribieron estas calaveritas
Calaverita al gobernador Miguel Barbosa
De las suyas quería hacer la Huesuda
Al gobernador Barbosa se quería llevar
Pero la muerte flaca y nada cesuda
A su oponente no se dio tiempo de analizar.
“Un encargo fácil”, la flaca pensó
Y primero en El Alto un mezcalito y un molito degustó
Fotos en los jardines de San Francisco se tomó
No más por fuera, pero en Los Lavaderos paró.
También a Casa Puebla se fue asomar
Pues ya era un sitio libre para visitar
Con la venadita bebé fue a caminar
Tarde se le hacía para ir a trabajar.
De tantas ganas de Puebla su objetivo olvidó
Y como turista gringa la Huesuda hasta el sol tomó
En eso recordó, que no fue por el gobernador
Pero Miguel Barbosa es muy trabajador.
Para cuando la muerte a Casa Aguayo regresó
A Miguel Barbosa por ningún lado halló
De gira estaba en el interior del estado
Y a la Huesuda le había comido el mandado.
Por Julieta Cerezo
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Calaverita a Edmundo Tlatehui
Edmundo Tlatehui a la muerte no libró, por su desmedida ambición
A San Andrés desfalcó, pues a toda su familia colocó en su administración
En su gestión solo se le vio sembrando arbolitos y rezando en la parroquia del pueblo que gobernó
La calaca se lo llevó con las manos vacías, pues nadie le ofrendó ni un paquete de galletas marías
El municipio donde nació, de baches se llenó, pues las calles no pavimentó
A los ciudadanos enojó que en su trienio la delicuencia creció y a él no le interesó
La muerto al olvido lo destinó, pues por hacer el bien no se le conoció
Por Luisa Tirzo
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Calaverita a las ‘corcholatas’
Por adelantaditos, la parca vino por todos los destapaditos
Uno a uno los fue cazando
quienes por la gubernatura andan suspirando
Armada con su guadaña
A la primera que cazó fue a la más tacaña
A Olivia Salomón en su oficina
La atrapó comiendo mandarina
Pobre secretaria de Economía
Pues mientras la uña le hundía
Al último bocado del gajo
Esta quedó bocabajo
Su segunda víctima fue a visitar
Y al Congreso fue a dar
Al presidente buscaba la pobre calaca
Pero Sergio andaba en Tepeaca
¡Checo, Checo, no te me vas a escapar!
Gritó la flaca y el autobús fue a tomar
Frente al Rollo lo fue a encontrar
Y de ahí ya no se le pudo escapar
A un exsecretario ahora buscaba
Melitón Lozano su lista dictaba
Pero al ver quién lo acompañaba
Prefirió comerse una guayaba
Tan frío estaba ese asunto
Que ya sería un abuso absoluto
Decidió mejor echarle un bulto de cal
Y tapar el cuerpo con todo y costal
De Morena le faltaba uno a la parca
Al Doctor Martínez le tenía ya un lugar en su barca
¡Este es el que más me da anemia!
Pue varias batallas le ganó en la pandemia
El doctor Toño bailaba y bailaba
Y poco a poco el afecto se ganaba
Hasta la muerte le sonrió con un mojito ganado
¡Ya nos veremos malvado doctorcito!
Por Carlos Cózatl
Lee: Velar tumbas, ofrendas monumentales: las costumbres por Día de Muertos en Puebla
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Calaverita a Eduardo Rivera
Caminando solitario, triste y sin rumbo,
Estaba, Eduardo Rivera, por las calles del Centro Histórico de Puebla
Pues la huesuda se había apoderado de ese lugar
Y a la gente no dejaba disfrutar de lo bonito de la ciudad.
Enojado por la situación, Rivera se puso a chambear
No se dejó intimidar por las almas en pena que había en el lugar
Tomó sus herramientas y comenzó limpiar
Obligando a las almas a huir de las calles
La huesuda sorprendida por su valentía
Intentó luchar un poco más
Pero no le quedó de otra que irse a su casa a llorar
Ahora las calles están sin ese miedo que se respiraba
Las familias volvieron a disfrutar y las calles a brillar
Hoy día se le ve a Eduardo Rivera caminando orgulloso por el rumbo en el que va.
Por Manuel Cuellar
Por LosReporteros de @MTPNoticias/ Metropolitano Puebla