Son muchos los políticos que utilizan los medios tradicionales para fijar su postura sobre los temas de interés, hacerse visibles ante la sociedad y mantener su influencia en los principales círculos de poder, lectores asiduos de algún medio o generar contenido para sus redes sociales.
Lo cierto es que, pocos realmente se dan el tiempo de escribir o plasmar lo que opinan sobre los feminicidios, la violencia, sus posturas políticas o los temas en tendencia. Los textos generalmente obedecen a lo políticamente correcto y a lo moral y socialmente aceptado.
La practica de la elaboración de contenidos especializados pierde sentido ante la falta de empatía. Algunos políticos se dan a la tarea de leer lo que asesores y escritores redactan, y dan su visto bueno, otros simplemente se toman la foto para salir de manera regular en los impresos y portales cumpliendo con las recomendaciones. La columna o artículo de opinión pierde sentido pues se convierte en un boletín que no comunica.
Pero ¿Quién chin%&$&os lee a los políticos? De acuerdo con estadísticas de Sproutsocial y Supermetrics basadas en Google Analitics los principales portales en el país las visitas o leads en portales apenas alcanzan en promedio un 10 por ciento de sus lecturas diarias, solo incrementadas por la columna estelar, del director, periodista o trascendido revelador, salvo algunas excepciones.
La importancia de las columnas de opinión en el periodismo actual es claramente reconocible por su fuerte presencia en la mayoría de los periódicos.
En un contexto de feroz competencia y concentración de la propiedad de los medios de comunicación, éstos, incluyendo la radio y la televisión, han incrementado de modo sistemático la presencia del comentario, el debate y el análisis de la actividad política, lo que hace fundamental la presencia de la columna en la estrategia del político en cuestión.
Para la columna los medios brindan espacios con la intención de generar una relación política o comercial, otros cuentan con plumas o políticos de mayor representación que logran un ganar-ganar en la intención final de estos escritos: reputación.
Para lograr resultados en la columna, lograr comunicación efectiva y obtener resultados en la reputación, el político deberá de contar con objetivos claros de medición, que permitan la identificar el éxito ante la postura o valoración realizada, conocer cuantas lecturas se generaron, reacciones en redes, seguidores y sobre todo el alcance e influencia.
Esta estrategia se basa en 2 pasos fundamentales: acción y reacción. Entonces, quién me está leyendo, con que fin y para qué son las preguntas que deben influir en la elaboración de cualquier texto.
No se deben tomar decisiones sin un análisis previo de los escritos realizados, la columna presenta la postura, valoraciones y análisis que dará prestigio, credibilidad y autoridad, con la finalidad de influenciar y orientar la opinión pública, y que si no se aplica de manera correcta puede llevar al político al fracaso, al menos mediático.
Si bien la columna trata temas variados, estos siempre deben ser actuales, relevantes y pertinentes, para el político en específico, deberá siempre de ir en función de sus temas bandera, sus políticas de gobierno y las propuestas sobre las que fundamenta su trabajo.
Al público le deberá dejar claro para qué lo están leyendo.