Yván Vargas
Buen inicio de semana a todos nuestros apreciables lectores, de antemano oferto una disculpa, pues la semana pasada me fue imposible escribir en nuestra sección HABLANDO DERECHO DE DERECHO, pues motivos de salud me lo impidieron, pero ya estamos aquí…
En esta oportunidad quiero abordar un tema que genera una diversidad de opiniones encontradas, pudiéndose considerar con un tema escabroso o tabú, dicho es la DONACIÓN DE ÓRGANOS EN MEXICO.
La donación de órganos es un proceso médico complejo y está sujeto a supervisión y verificación de diferentes autoridades; sin embargo, debido a que no todo el mundo está consciente de la trascendencia de la cultura de donación, así como por la falta de conocimiento de la legislación y normas que la rigen, en nuestro país cada año fallece un importante número de pacientes en espera de algún órgano que prolongue su vida en tiempo y calidad de vida
La cultura de donación de órganos en México sigue estando muy por debajo de la mayoría de los países, según encuestas realizadas por la dirección del Centro Nacional de Trasplantes.
Prueba de o anterior es que actualmente en México hay 18 mil 238 personas en lista de espera para recibir un órgano en donación, según cifras de la Secretaría de Salud.
Además, entre los órganos más solicitados se encuentran riñón, córnea, corazón, hígado y pulmón; sin embargo, sólo cerca del 4% recibe alguno de ellos por donación altruista, el resto se obtiene de cadáveres.
Ahora bien, debemos considerar las limitantes en la donación de órganos en México las cuaes son:
1. FALTA DE INFORMACIÓN. La Ley General de Salud establece que todos los ciudadanos mexicanos son donadores de órganos (donador tácito). Sin embargo, la ley también reconoce el derecho de un ciudadano a no ser donador. Es decir, el camino está abierto para tomar cualquiera de las dos decisiones, sin embargo hace falta más información para tomarlas.
2. NO TODAS LAS PERSONAS QUE FALLECEN PUEDEN SER DONADORAS DE ÓRGANOS. Se requiere una evaluación médica de las condiciones del cuerpo y de cada órgano en específico.
3. PARA PODER DONAR. Se debe ser mayor de edad, tener pleno uso de facultades mentales, así como una determinada compatibilidad con el receptor.
4. EL TEMA FAMILIAR SUELE SER LO MÁS COMPLEJO, debido a que muchas veces los familiares se niegan a aceptarlo, por ello es importante tomar la decisión en vida y comentarla al resto, así como acreditar la tarjeta de donador voluntario.
5. AL DONAR EN VIDA, el interesado debe otorgar su consentimiento expreso ante un Notario Público y manifestar que recibió información completa sobre el carácter altruista, libre y consciente de la donación, sin que medie remuneración alguna; sin embargo, ante el proceso, muchas veces se pierde la oportunidad.
Ahora bien, creo no todo está perdido, pues en el pasado mes de abril se dio un avance en cuanto a la donación de órganos, pues en el marco de la sesión ordinaria , el pleno del Senado de la República aprobó una reforma a la Ley General de Salud con 75 votos a favor y una abstención.
Donde se estableció que:
“Todos los mexicanos mayores a 18 años de edad, serán automáticamente donadores de órganos y tejidos en caso de que se les declare la muerte y éstos puedan ser utilizados, a menos que en vida hayan dejado su voluntad expresa de no ser donadores”.
La modificación a dicha ley crea la figura de “consentimiento presunto o expreso”, que modificaría el esquema de donación del país, que en la actualidad sólo es por consentimiento expreso en una carta ante notario, tarjeta de donador o por autorización de los familiares.
Esta reforma busca motivar la cultura de la donación de órganos y tejidos, reducir la lista de espera e inhibir el tráfico ilegal de órganos.
La reforma avalada indica que:
“Habrá consentimiento presunto del donante cuando no haya manifestado su negativa a que su cuerpo o componentes sean utilizados para trasplantes”.
En caso de la que persona en vida manifieste que no quiere ser donador, deberá hacerlo por escrito y firmado por él mismo.
El Centro Nacional de Trasplantes garantizará que ni el receptor de un trasplante o su familia conozcan la identidad del donante, ni la familia del donante conozca la identidad del receptor.
La donación de órganos no sólo es una oportunidad de brindar una esperanza de vida a las demás personas, sino también un acto altruista que de manera particular, pero consciente, se puede elegir, sólo basta informarse adecuadamente.
Y ustedes apreciables lectores ¿estarían dispuestos a donar algún órgano a un congénere? ¡Yo desde luego que sí!
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