Interesante batalla protagonizan en Puebla mujeres y hombres homofóbicos con la comunidad lésbico gay por los colores del cruce peatonal en bulevar 5 de Mayo en el tramo con la 31 Oriente.
En un mes el paso peatonal fue pintado en tres ocasiones, ¡Bien por los que comercializan pintura, así venden más!
Originalmente, la cebra peatonal era de color blanco, como lo establece el reglamento en Puebla, pero en junio funcionarios del ayuntamiento capitalino lo colorearon con los matices de un arcoíris, en el marco del mes de la diversidad sexual.
El ciudadano Fernando Castillo Pacheco tramitó un amparo y el Tribunal de Justicia Administrativa ordenó volver a pintar de blanco las rayas frente a la Fiscalía General del Estado.
Funcionarios municipales no acataron la instrucción y el 17 de julio integrantes del Frente Nacional por la Familia en su mayoría mujeres acudieron a ese punto de la ciudad para colorear de blanco el cruce peatonal.
Este 21 de julio, activistas pintaron con los colores de la diversidad el mismo paso peatonal. Seguramente los ‘mochos’ volverán a ese punto para quitar el arcoíris del pavimento.
Sin duda es un tema muy polémico, porque quien haga referencia al tema puede ser motivo para ser linchado mediáticamente o en redes sociales.
Quienes debieron poner el ejemplo son los funcionarios públicos. No se trata de gustos o de preferencias, sino de un tema de orden, si el reglamento dice es blanco o negro, así debe ser.
Sino mañana llegan nuevas autoridades y pintan una calle de un color según sus gustos religiosos, sociales o políticos.
¿O entonces en esta ciudad plagada por fieles de la Virgen de Guadalupana también pueden salir a pintar los cruces peatonales con los colores de la “La Morenita del Tepeyac?
¿O quienes son gruperos o rockeros pueden colorear los pasos peatonales con matices alusivos a los estilos de la música?
Que haya más calles pintadas de un color o más banderas alusivas a un sector social no significa que en automático nos transformemos en una sociedad más respetuosa y más tolerante.
El respeto y la tolerancia se aprenden en casa. Y el orden viene de nuestras autoridades, para que nadie venga y haga lo que quiera.
Se aceptan críticas, seguramente las habrá, es difícil dejar satisfechos a todos.
Iván Tirzo/ @TirzoIvan