Iván Tirzo
La segunda semana de campaña fue favorable para Enrique Doger Guerrero, candidato a gobernador por el Partido Revolucionario Institucional.
En esta semana que culminó hizo caer en su juego a su adversario de la coalición Juntos Haremos Historia, Miguel Barbosa Huerta.
Con los documentos que él priista mostró para comprobar que Barbosa compró una casa al ex presidente Miguel de la Madrid, el lopezobradorista terminó por aceptar la adquisición al ex mandatario en México.
Si algo tiene Doger es que no se enoja pronto, no se molestó ni que Barbosa lo señalara de tener varias concubinas y casa con todas ellas. Claro tiene que una campaña electoral es de guerra sucia y los candidatos se atacan con temas personales.
El sarcasmo que lo caracteriza hizo enojar a Barbosa, quien en una rueda de prensa el pasado 9 de mayo se desquitó con reporteros de la fuente política a quienes acusó de escribir lo que les ordenan.
El fin de semana comentó que no asistiría al encuentro de candidatos organizado por el Consejo Coordinador Empresarial, si solo asistían él y Doger, argumentando que al día siguiente los medios van a decir que Doger ganó el debate.
Barbosa trató de salirse de juego en el que quedó atrapado, manifestando este domingo que no debatiría con Doger que es tercer lugar en las encuestas.
Si algo no lo hizo caer más a Miguel, fue la presencia del candidato presidencial de Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Evidente ha sido que en cada visita del tabasqueño, Barbosa crece en las encuestas. La mejor estrategia de Barbosa es aparecer en la foto con AMLO.
Enrique no tiene factores nacionales que lo favorezcan, que el echar mano de su estilo rudo.
Aún falta mucho, para que esto se decida, ni Miguel se ha desplomado, ni Enrique se ha emparejado.
Lo que es cierto es que los candidatos a la gubernatura de Puebla, Barbosa y Doger le pusieron ambiente al proceso electoral local.
