Unos, sino es que la gran mayoría en este país, aplaudirán y defenderán lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que México tiene un sistema de salud mejor que el de Dinamarca.
Los menos (que no son pocos) sostendrán que no hay medicamentos suficientes en los hospitales y que los del IMSS son un caos, como el de la Margarita en Puebla, con fallas en sus elevadores y con inundaciones en sus instalaciones.
Unos celebrarán la afirmación del presidente de que los precios de las gasolinas no subieron durante seis años, más que lo necesario por el tema de la inflación.
Otros recordarán que una promesa de campaña fue reducir el precio de los combustibles a 10 pesos el litro. Hoy a un mes de que termine el sexenio, la gasolina Premium y el Diésel se venden hasta en 26 y 27 pesos en Puebla.
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En diciembre de 2018 el precio promedio de la gasolina regular era de 18.3 pesos. Este 1 de septiembre automovilistas la compran siete pesos más cara.
La gran mayoría de los que votó por Morena agradece que México es un país seguro y en paz, como lo sostiene el presidente.
Otros son víctimas de la delincuencia en carreteras, en transporte público, en las calles, en sus negocios, en sus viviendas, del cobro de piso de los grupos del crimen organizado.
¿Por qué AMLO es un fenómeno?
Cada habitante vive una realidad distinta, a un mes de finalizar el sexenio del presidente López Obrador.
Lo que no se puede debatir, es que el presidente AMLO es un fenómeno político. Van a pasar décadas para que México tenga otro líder de la talla del fundador del partido Morena.
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El poder del partido Morena no se acabará en seis años. No al menos mientras que los grupos acaten las indicaciones de López Obrador, aunque él diga que se va a retirar.
Lo que hoy se vive en México con el casi poder absoluto de Morena, solo le falta la aprobación a la reforma al Poder Judicial, para tenerlo todo, es algo similar a la dictadura de 70 años del PRI.
Cuando los grupos ya no se pongan de acuerdo y sus ambiciones rebasen cualquier negociación, iniciará la desbandada. Y para eso falta muchos años.
Andrés Manuel López Obrador tendrá como sucesora el próximo uno de octubre a la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
En su calidad de líder político, no tiene sustituto, ni reemplazo. Millones de mexicanos creen ciegamente en el presidente.