Iván Tirzo
Andrés Manuel López Obrador está preocupado por la zarandeada que ha recibido su candidato a gobernador por Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, con el tema de sus propiedades.
El tabasqueño tiene en sus manos encuestas elaboradas por su partido que, indican ‘si hoy fuera el día de la elección’, el originario de Zinacatepec obtendría el triunfo.
El dueño de Morena también recibe el monitoreo y los reportes diarios de cómo se mueve la elección en Puebla. Estos apuntan que, a 22 días de contienda local, arreciaron los golpes contra Barbosa Huerta.
El PRI y el PAN no lo sueltan con la falta de transparencia de sus bienes y por carecer de título y cédula profesional.
Unos puntos ventaja para Miguel no son suficientes para enfrentar el 1 de julio una eventual alianza de facto entre PAN y PRI.
Estos partidos son profesionales en la movilización al voto. Algo que no tiene Morena en Puebla. Eso puede representar la diferencia en los resultados de la contienda.
Andrés al sentir inalcanzable en la carrera, mandará a sus operadores en estados con los listados nominales más grandes del país, para reforzar a los candidatos a gobernadores.
Puebla es un bastión para el tabasqueño, por lo que en breve habrá gente de toda la confianza de Andrés Manuel, para apuntalar a Luis Miguel, a fin de reducir los ataques y operar para que estos no desfonden al candidato a gobernador.
Sin duda se notará la mano de AMLO en Puebla. Miguel Barbosa es el principal en la lista del presidencial, quien de paso apuntalará las campañas de los candidatos a senadores Nancy de la Sierra y Alejandro Armenta.
Aunque de ellos no cabe duda se alzarán con el triunfo sobre los aspirantes panistas Nadia Navarro y Mario Riestra. Los priistas Xitlalic Ceja y Juan Carlos Lastiri no tienen nada que hacer en este proceso electoral, están muy lejos del segundo lugar.
El solo recorrer el estado favorece a los candidatos de la alianza encabezada por Morena, porque muchos electores están reaccionando con el efecto López Obrador. Solo que eso no es todo, porque el 1 de julio se mueven otros factores para incidir en los resultados.
En Puebla la gubernatura va a ser una elección a muerte. Para ganar, Barbosa requiere de una transfusión operativa de López Obrador; y PRI y PAN se necesitan mutuamente para que el partido Movimiento de Regeneración Nacional no se quede con el poder en el estado.