Todas y todos tenemos un sueño, para algunas personas es tener éxito en el lugar o en el país donde nació, para otras es mejorar su calidad de vida yéndose a otro territorio, a otra nación, cueste lo que cueste, hasta la vida.
El pasado lunes 27 de marzo sucedió lo que nadie se esperaba, se suscitó un incendio al interior de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde, aproximadamente, se encontraban 68 migrantes procedentes de Centroamérica y Sudamérica, de los cuales, al menos 39 personas perdieron la vida.
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Este es un accidente garrafal, no solo porque murió un gran número de personas, sino porque también eran hermanas y hermanos migrantes en búsqueda de una mejor calidad de vida que tuvieron que cruzar el país, pasando penurias y agraviantes de las mismas autoridades mexicanas.
Es increíble escuchar el día martes 28 de marzo, en la ‘Mañanera’, la falta de sensibilidad política y la irresponsabilidad por parte de las más altas autoridades del país sobre este tema y, peor aún, la indiferencia hacia tan grave tragedia.
Recordemos que hace unos años el accidente de la guardería infantil ABC lo tomaron como un crimen de estado, mencionando que éste no dio respuesta rápida para la atención de las y los menores; sin embargo, ¿por qué no se está mencionando este terrible accidente como un crimen de estado cuando los hechos se suscitaron en las propias instalaciones de una institución federal?
¿Acaso por ser migrantes no merecen el mismo tipo de respeto, el mismo tipo de atención que nuestra propia ciudadanía?
En este sentido y, como siempre, se trata de buscar culpables y seguro saldrán muchos, pero menos del estado. Si bien, puede ser que los propios migrantes iniciaron el incendio, era el estado mexicano el que debía garantizar la pronta atención ante esa emergencia.
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Lo que se debe ver es que, de manera directa o indirecta, no solo el Gobierno de México es quien tendría la culpa en este tema, sino también, los gobiernos de los países de origen y el país al que quieren llegar, ya que como consecuencia de la falta de buenas políticas en los primeros y las políticas tan restrictivas del segundo, sumando a la falta de apoyo y atención en nuestro país, es como se tienen estos resultados tan lamentables.
Recordemos que la población mexicana también es migrante, que nosotros tenemos millones y millones de paisanos que de distintas formas y por diferentes motivos tuvieron que moverse de su lugar de origen y, por supuesto, si esto les hubiera pasado a ellos, no me cabe la menor duda de que estaríamos incendiándolo todo para exigir justicia y obtener resultados, y no solo obtener la indiferencia de quienes en este momento están en el poder.
Por: Itzel Velázquez Lara
