En días recientes el gobernador Sergio Salomón Céspedes y el candidato electo Alejandro Armenta sostuvieron reuniones que muestran una estupenda relación.
Es claro que el mandatario saliente está satisfecho con entregar la administración a la persona de Alejandro y viceversa.
Entre ambos protagonistas hay una añeja relación de cercanía y confianza. La cordialidad, camaradería y mutuas atenciones son evidentes.
Ante los hechos la hipótesis es inevitable y la pregunta se hace obligada. Si Moisés Ignacio Mier Velazco hubiera sido ungido ¿se daría esta transición de terciopelo? Es poco, muy poco probable.
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En esta entrega buscamos explicar por qué y el papel medular de Fernando Manzanilla Prieto.
Durante los meses del proceso interno de Morena Fernando era el consejero de cabecera de Mier; el aliado que viajaba en la camioneta junto al aspirante; el confidente que acompañaba todas las reuniones, incluso aquellas que se consideraban privadas.
Por alguna razón -que aún desconocemos y nos parece inexplicable-, Manzanilla se convirtió en el “Consiglieri” de Nacho.
Su opinión era frecuentemente requerida y tomada en cuenta a pie juntillas; sus argumentos eran escuchados con atención mayúscula.
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En Cúpula subrayamos, tanto apego nos parece inexplicable. Sobre todo porque en esta columna siempre hemos sostenido que Manzanilla es un mito de la política poblana.
Es un hombre con notables credenciales académicas, pero su paso por los caminos del quehacer político ha mostrado su incapacidad e impericia.
Sus títulos lo podrían convertir en un catedrático requerido en decenas de universidades, pero en el pedregoso y tortuoso callejón de la política siempre ha mostrado que no sabe caminar en la banqueta del barrio.
El método científico -el de la comprobación-, nos muestra que Manzanilla ha perdido todas las batallas en que participa. Una tras otra arrojan sonoros descalabros.
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Hoy poco se ha comentado del distanciamiento que lo separa de Nacho Mier. Ambos agentes evitan tocar el tema; como si fuera un asunto que es preferible no mencionar. Vaya, ni siquiera recordar.
En los eventos que Mier realiza en Puebla ya no se asoma Fernando quien se esfumó del escenario.
Mucho se ha dicho del papel que tuvo Liz Vilchis en la unción de Alejandro Armenta, pero desde nuestra perspectiva consideramos que la opinión de la vocera está sobrevalorada.
La presencia de Manzanilla tuvo un rol aún más determinante. Porque Fernando construyó una zanja, una profunda brecha entre el gobernador Sergio Salomón y Nacho Mier.
Manzanilla nunca fue factor de cercanía, consenso o diálogo. Por el contrario, fue un agente de distanciamiento y recelo.
Y los costos están a la vista.
Tal parece que Nacho Mier ya se dio cuenta, por eso el distanciamiento con el otro “consiglieri”.
Cortos en Cúpula
Francisco Romero Serrano obtiene su libertad
La noticia se dio con bombo y platillo. Francisco Romero Serrano obtuvo su libertad. Sin embargo aún queda pendiente esclarecer quiénes fueron los funcionarios de la Auditoría Superior del Estado que se reunían con alcaldes priistas en el inmueble del tricolor para resolver y solventar sus cuentas públicas. En su momento así se aseveró y en los hechos se acreditó que esos presidentes lograron brincar los obstáculos.
Luego de la derrota de Tepole, abandonó sus responsabilidades
Luego del crudo revés que sufrió en las urnas Pedro Tepole de plano abandonó sus responsabilidades como alcalde de Tehuacán. La Seguridad fue desatendida completamente; los patrullajes son mínimos. Como si de alguna forma quisiera vengarse del electorado que lo rechazó. Frente a la ola delictiva que azota a la ciudad de las granadas el gobernador Sergio Salomón anunció que se realizará una mesa estratégica semanal entre instituciones estatales y federales para atender el tema.
Dicha mesa deberá tener el siguiente dato. El narcomenudeo es el eje central de toda la telaraña delictiva y en los últimos 21 meses no ha sido detenido un solo “dealer”; ni uno solo. }
Esto revela el nivel de la complicidad.
Como siempre quedo a sus órdenes.
