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Liderazgo Educativo en la Nueva Escuela Mexicana: Claves para Transformar la Práctica Docente

Columna de Académicos Ibero Puebla: Círculo de Escritores

Imagen de columna de Círculo de Escritores

Por Alfredo Loranca Santos

La Nueva Escuela Mexicana (NEM) se diseñó con un paradigma educativo que busca la construcción de una sociedad más justa, equitativa y democrática, a partir de la formación integral de los estudiantes con un modelo propio.

Eso ha implicado una transformación del sistema educativo en México, que parte de la concepción misma del quehacer educativo, reflexiona sobre la razón de ser del sistema escolar en su conjunto e incide hasta en las prácticas y actividades áulicas.

En este contexto, el liderazgo transformacional, el liderazgo de servicio y el liderazgo resonante, emergen como enfoques que se complementan bien con el concebimiento de la NEM y pueden aportar a esta nueva propuesta educativa orientando la operacionalización de sus objetivos y convirtiéndose en herramientas fundamentales para su realización.

Cada uno de estos estilos de liderazgo ofrece una perspectiva única que puede enriquecer la labor docente en este nuevo planteamiento educativo. Sin embargo, también presentan desafíos que deben ser atendidos para asegurar su efectividad en la formación integral de los estudiantes.

El liderazgo transformacional se caracteriza por la capacidad de inspirar y motivar a los demás hacia un cambio positivo, promoviendo una visión compartida y empoderando a los individuos para alcanzar su máximo potencial (Bass y Riggio, 2006).

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Este tipo de liderazgo es fundamental en la NEM, ya que promueve un cambio profundo en las prácticas educativas, centrándose en la motivación y el desarrollo de competencias tanto en los docentes como en los estudiantes.

Este estilo de liderazgo busca inspirar y elevar las expectativas de la comunidad educativa, fomentando un entorno de aprendizaje en el que todos los participantes se sientan comprometidos con la misión educativa.

No obstante, uno de los principales retos asociados con el liderazgo transformacional es la resistencia al cambio, ya que no todos los docentes están dispuestos o preparados para adoptar nuevas prácticas pedagógicas y de gestión escolar.

Por lo tanto, es necesario que se ofrezcan espacios de formación y acompañamiento para que los docentes puedan desarrollar las habilidades necesarias para ejercer este tipo de liderazgo de manera efectiva.

Por su parte, el liderazgo de servicio se centra en la idea de que el líder debe priorizar las necesidades de los demás, actuando con humildad y compromiso para mejorar el bienestar de la comunidad (Greenleaf, 1977).

Este enfoque es coherente con los principios de la NEM, que coloca al estudiante en el centro del proceso educativo.

El liderazgo de servicio implica un compromiso profundo para atender no sólo las necesidades académicas, sino también las emocionales y sociales de los estudiantes, promoviendo un ambiente escolar inclusivo y equitativo.

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Pero este enfoque también conlleva desafíos, ya que requiere un esfuerzo constante para equilibrar las demandas del currículo con la atención personalizada a los estudiantes. Además, se requiere la capacidad de identificar y responder a las diversas necesidades de los alumnos, lo que demanda una formación continua y un apoyo institucional sólido.

El liderazgo resonante, propuesto por Goleman, Boyatzis y McKee (2002), se refiere a la capacidad del líder para generar emociones positivas en los demás, promoviendo un ambiente emocionalmente inteligente y armonioso.

Este tipo de liderazgo es esencial en la NEM, ya que promueve una cultura escolar basada en el respeto, la empatía y la colaboración, aspectos fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes.

Los docentes que adoptan un liderazgo resonante son capaces de generar un clima de confianza y seguridad que favorece el aprendizaje y el bienestar de todos los miembros de la comunidad educativa.

No obstante, la implementación de este tipo de liderazgo puede ser compleja, ya que exige un alto grado de inteligencia emocional, así como la capacidad de manejar adecuadamente los conflictos y las tensiones que puedan surgir en el contexto escolar.

La NEM ofrece un marco adecuado para la implementación de los estilos de liderazgo transformacional, de servicio y resonante, cada uno de ellos aportan una perspectiva necesaria en el logro de una educación más equitativa, inclusiva y de calidad.

Sin embargo, para que estos estilos de liderazgo se traduzcan en prácticas educativas efectivas, se requiere que los docentes reciban el apoyo y la formación necesarios para superar los desafíos que conllevan.

La clave radica en una preparación docente sólida que permita a los educadores no solo adaptarse a los cambios que implica la NEM, sino también liderar de manera efectiva el proceso de transformación educativa y movilidad social que esta propone.

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