¿Y tú qué harías si fueras los padres de esos jóvenes golpeadores?, ¿te lo has cuestionado en estos días, desde que se hizo viral el caso de Ernesto Calderón en la Estrella de Puebla?
Mucho se ha linchado en redes sociales a los papás de estos estudiantes de la Anáhuac, Tecnológico de Monterrey y Colegio Americano, pero, ¿estás seguro que tú sí sabes controlar tus frustraciones?
Si eres papá o mamá, ¿es cierto que educas de la forma correcta a tus hijos para que no sean unos delincuentes del presente o del futuro?
Más allá de la justicia que la Fiscalía General del Estado (FGE) y el Poder Judicial de Puebla logren en este caso, que detengan y vinculen a proceso a los responsable, es momento de que como sociedad nos detengamos a reflexionar qué estamos haciendo mal para que estos casos se den a cada rato.
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Tan solo en la última semana, conocimos varios hechos de agresiones tumultuarias como el de Neto Calderón, lo ocurrido con Brayan en Cancún, Quintana Roo, en donde al menos 15 personas lo rodearon para agredirlo, otro caso que se registró en febrero en San Andrés Cholula y así, una infinidad de situaciones de las que no sabemos porque no quedaron grabados en videos o no se han hecho públicos.
Menores de edad llegan a asesinar a sus propios compañeros de clases porque no soportan que sean morenas, morenos, inteligentes, “nerds”, y demás calificativos que les encuentran, o simplemente porque se sintieron con el poder de hacerlo.
No creo que sea exclusivo de escuelas privadas como pretenden algunos en redes sociales, en responsabilizar a las instituciones de paga por el comportamiento de sus estudiantes.
Sí deben coadyuvar en sus planes de estudios en reforzar los valores de su comunidad pero no toda la formación es su responsabilidad y/o obligación.
Esto es de casa, de los valores que les enseñamos en familia, de lo que ven qué hace la mamá y el papá; del entorno en el que se desenvuelven.
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Ahí está la clave del que todos evaden hablar porque se creen los mejores padres, los mejores hijos, los mejores seres humanos y no se hacen una autocrítica.
De ahí la importancia de atender nuestra salud mental, la urgencia de que todas las instancias de gobierno (federal, estatal y municipal) implementen políticas públicas que ayuden a sanar esta sociedad que está enferma de frustración, de envidias, de poder, de dinero, de depresión…
En julio de este 2023 les platicaba sobre un programa que implementa el municipio de Puebla a través del Sistema Municipal DIF en donde se brinda orientación tanto a adolescentes, jóvenes y a padres de familia para mejorar su relación, entre otros temas relacionados a saber manejar las emociones.
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Programas como este son importantísimos y más si se aterrizan de la mano con la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Ojalá todos los municipios se ocuparan en la salud mental de sus habitantes, y que todos normalicemos que atender este problema es importante y seguramente ayudará a una convivencia sana que a todos nos beneficiará.
Regresando al momento de esa agresión de Neto Calderón, ¿te imaginas ser tú los padres de los agresores?, ¿ya hubieras entregado a tu hijo a las autoridades o ya lo hubieras ayudado a escapar?
¿Estás seguro?
¿Y si fueras el papá o la mamá de la víctima?
Por supuesto que duele en cualquiera de esas posiciones, por eso es importante que se prevengan estos hechos atroces que solamente muestran el primer nivel de lo delincuente que un hijo (o hija) puede llegar a ser.
