Debo reconocer que hubo momentos en los que llegué a calificar como “radicales” a esas mujeres que en las marchas feministas prendieron fuego y grafitearon a su paso…
Me arrepiento y les pido perdón por tan solo haberlo pensado.
Con el feminicidio de Fátima y la declaración insensible que hizo este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador, entorno a que estos casos los trajo “el modelo económico neoliberal”, me puse a reflexionar seriamente cómo reaccionaría si se tratara de una sobrina (pensando en la niña).
¿Qué harías Elvia si fuera tu familiar?, ¿si un día tuvieras una hija y ella fuera la víctima?
Yo no solo pintaría paredes para exigir justicia…hoy doy gracias a esas mujeres con carácter que han salido a gritar por otras, por todas nosotras… #NiUnaMás.
Hoy es momento de reflexionar de qué lado queremos estar: ¿de los feminicidas?, ¿del machismo?, ¿de la violencia de género? o del bando que llora y exige justicia por otros.
Ya nos dimos cuenta de qué lado está López Obrador…el que pide respeto para los delincuentes, que se enoja porque las feministas manchan las puertas y paredes de Palacio Nacional.
El que pide no hablar de feminicidios porque opacamos su rifa de NO avión…
El mismo que cree que estas marchas buscan “provocar su gobierno”. El que no tiene una estrategia clara para acabar con el problema, ni siquiera empatía con las familias de las víctimas…
Si tan solo tuviéramos un gobierno enérgico a favor de las víctimas, si tan solo tuviéramos programas reales de cómo recomponer este tejido social, pero ni eso…
A nosotros los ciudadanos nos vale si el presidente se levanta muy temprano para sus reuniones de seguridad o si tiene la “consciencia tranquila”, exigimos vivir en un país seguro, que nuestros niños puedan salir a jugar a las calles sin temor a ser asesinados.