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Mariana Rodríguez sí actuó como una miserable en caso bebé Emilio

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En otro momento, seguramente yo también hubiera opinado que es hipocresía de quienes critican la acción de Mariana Rodríguez en haber solicitado pasar un fin de semana con un bebé de cinco meses, y por un lado, no hacen nada por esos niños sin hogar.

Pero el punto aquí no es que promuevas o no la adopción de estos niños que a tan temprana edad fueron abandonados o por alguna razón se quedaron sin sus padres.

Hoy que soy mamá de un bebé de casi cuatro meses, me duele más que nunca ver el abandono en el que viven esos pequeños. No me imagino cuando lloran buscando el calor de mamá o papá. Me parte el corazón de solo pensarlo.

Que quede claro que aplaudo que Mariana tenga “un gran corazón” y visite seguido el DIF Capullos en Nuevo León (que en sí es parte de su labor como esposa del gobernador del estado, Samuel García).

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El punto aquí es que actuó de manera irresponsable, desde su papel de influencer y evidentemente con el fin de conseguir más popularidad por encima del bebé Emilio.

Revisando sus historias de Instagram, es indignante ver cómo tanto ella como su marido expusieron al bebé mostrando en todo momento su carita, incluso hay un video en donde lo graban haciendo del baño.

¿Qué necesidad había de exhibir al bebé haciendo del baño?, incluso en ese momento, el gobernador Samuel García se burló del pequeño haciendo alusión que le había dado asco y ya no quería seguir comiendo.

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En la Ley general de derechos de niñas y niños prohíbe en sus artículos 68 y 80 la difusión de imágenes de niñez, y se llama la atención en especial cuando son víctimas.

¿Mariana y Samuel desconocen lo que marca la ley?, o simplemente les valió y únicamente les importó mostrarse un fin de semana en su papel de “papás” de un pequeño con discapacidad.

Si les duele tanto las condiciones de estos menores de edad, ahorita que están en el poder pueden hacer mucho por ellos como presentar una iniciativa de ley para agilizar el proceso de adopciones.

O en su caso, iniciar los trámites que correspondan para adoptar al bebé Emilio, pero no jugar con él así como si fuera un objeto, como si fuera una botarga de campaña porque incluso le pusieron ropa con los colores de Movimiento Ciudadano, partido que impulsó a la gubernatura a Samuel.

Adoptar a Emilio sería genial, darle ese hogar y amor que ese pequeño necesita. Si fuera así, ni habría más que criticar, pero la forma en que se hicieron las cosas este fin de semana deja como miserables a este par de políticos.

Solo para poner un ejemplo de cómo una persona puede dar amor y estabilidad a estos menores huérfanos sin necesidad de presumir lo en sus redes sociales: en Puebla, la fallecida exgobernadora Martha Erika Alonso adoptó a menores de edad que conoció en el DIF estatal.

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Muchos nos enteramos después de su muerte porque fueron esos propios, entonces adolescentes y jóvenes, quienes lloraron su muerte reconociéndola públicamente como su mamá.

Hasta entonces, algunos reporteros entrevistamos y conocimos esa parte maternal de la panista.

En el caso de Mariana Rodríguez, evidentemente hubo tráfico de influencias en este permiso que le dieron de llevarse al bebé Emilio a su mansión, pues en la página del DIF de Capullos se indica que una solicitud de convivencia sirve para “mantener el vínculo afectivo con su familia de origen, extensa o bien una familia ajena” ya que con esta actividad se busca restituir el derecho de los infantes a vivir en un entorno familiar libre de violencia de manera indefinida.

Sin embargo, ni Mariana ni Samuel son familiares del bebé.

Ojalá haya consecuencias en este caso porque si bien hubo de fondo una acción humanitaria, terminaron usando a ese niño con fines de propaganda y comerciales pues hay que recordar que con los 2.2 millones de seguidores que tiene la influencer, está monetizando su página por lo que la publicación de las imágenes con el bebé Emilio, le genera dinero. Eso es una infamia.

Por Elvia Cruz/ @cruz_elvia 

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