José Ramón López Beltrán logró entrar al área de invitados VIP en el Zócalo de la Ciudad de México a las 17:30 horas. Claudia Sheinbaum ya llevaba hora y media en el templete, en donde recibió el bastón de mando y enlistó sus 100 compromisos con el país.
Se programó en un inicio que la ceremonia iniciara a las 17:50 pero la presidenta salió antes para dirigirse a las miles de personas que ya la esperaban ahí desde una noche antes.
Mientras ella hablaba de la Ley Olimpia y otras iniciativas que enviará al Congreso de la Unión a favor de las mujeres, al hijo mayor del expresidente Andrés Manuel López Obrador lo apapacharon los ahí presentes.
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Cuando lo vieron llegar, muchos se levantaron de sus lugares, como la expresidenta de Puebla capital Claudia Rivera y corrieron a pedirle la selfie.
Buscaron su atención con un abrazo, con preguntarle del “presidente”, y los más acomedidos, le buscaron dónde sentarse, pues a esa hora ya no había lugares.
Desde que se bajó de su camioneta en la esquina de donde está el museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a José Ramón lo abordaron personas quienes le preguntaban por su papá.
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Otros, le agradecieron por haber “aguantado” la lucha que encabezó López Obrador durante más de 18 años, hasta lograr ser presidente en el tercer intento en 2018, como un hombre que se identificó como “Tony Verdugo”.
Se trata de un hombre al que le amputaron las dos piernas y viajó con su esposa desde Chiapas desde un día antes de este primero de octubre para “despedir” a López Obrador.
Según dijo a esta reportera, ya no pudo hacerlo personalmente con López Obrador pero vio una oportunidad en López Beltrán para “agradecer” el apoyo recibido en el sexenio que terminó a través del programa para personas con discapacidad.
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José Ramón se detuvo a saludarlo y permitió la fotografía con él. “Ahí te lo saludo”, le dijo al despedirse.
Prometió llevar esas palabras de Tony a su papá, quien ya se fue a descansar a su casa de Tlalpan, en donde según dijo, estará por unos días para después irse a ‘La Chingada’, en su rancho en Palenque, Chiapas.
Algunos de los que llegaron a esta plancha frente Palacio Nacional, aún buscaron encontrarse con López Obrador, y vieron en su hijo mayor esa “cercanía”, aún después de su mandato.