“Papá te doy mi palabra que, siguiendo tu ejemplo, seré un gobernador sencillo y honesto”, se comprometió Alejandro Armenta cuando se dirigió a su padre Rafael, quien se encontraba orgulloso en la primera fila del Centro Expositor.
Minutos antes de ese 14 de diciembre de 2024, desde el pleno del nuevo Congreso local, recordó a su mamá, quien falleció cuando él tenía nueve años, así como a su abuelita ‘Cholita’ y el consejo de vida que ella le dio y que hoy, asegura, lo trae marcado como parte de sus principios éticos: “ser útil, ser acomedido y ser agradecido”.
Ante al menos nueve mil personas que se concentraron en el Centro Expositor para ser testigos de su día uno como nuevo gobernador, Armenta dio su palabra de que será un gobernador “justo e incansable”.
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Evitó mandar algún mensaje político, como acostumbraban otros exgobernadores, y se dedicó a plantear la Puebla del futuro con la que sueña, una Puebla que sea referencia a nivel mundial después del 14 de diciembre de 2030.
Sueña con que los mexicanos que participen en los Juegos Olímpicos de Brisbane 2032 se preparen en los tres centros de alto rendimiento que planea hacer realidad en la entidad; que Puebla lidere la extracción responsable de litio para México y el mundo.
Que aquí, jóvenes especialistas en robótica desarrollen primeros implantes humanos con tecnología de frontera.
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En total, además de sus 26 promesas de gobierno, el nuevo gobernador estableció como meta que después de su mandato, hablen de lo bien hecho en su administración sobre al menos diez rubros, desde nuevas tecnologías hasta seguridad.
Para lograrlo, ahí mismo presentó a los 18 secretarios que lo acompañarán en este sexenio, entre personajes que le han sido leal desde hace dos décadas, fundadores de Morena, hasta recién llegados a la Cuarta Transformación.
Todos, con el brazo izquierdo —a excepción de una que se equivocó— prometieron “hacer Puebla antes que partido”.
Después, con unos dos mil invitados, Armenta se fue a festejar a Casa Puebla, con una comida, en donde hubo chicharrón (no carnudo) para batanear; sopa poblana, mole poblano, pipián verde y de postre: cono de rompope y tarta de elote.
La cantante Belinda aprovechó su visita a Puebla en donde grabó un videoclip, para pasar a saludar al nuevo gobernador, con quien platicó un buen rato y compartió la mesa.
Lo mismo pasó con Julión Álvarez, quien llegó primero al Centro Expositor y después a Casa Puebla, en donde incluso se echó un palomazo.
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Él tuvo una presentación en la noche de ese 14 de diciembre con Alfredo Olivas, otro cantante regional mexicano como parte de su gira ‘Prófugos del Anexo’.
Todos ellos fueron testigos del inicio de un sexenio con el que soñó hace al menos 15 años Armenta, pues si bien nació políticamente en 1994 en Acatzingo, fue hace menos de dos décadas cuando empezó a verse como gobernador.
Para ello, caminó y caminó los 217 municipios y se preparó académicamente. Hoy es doctor en Administración Pública.
En varias ocasiones ha confesado que le había pedido a Dios permitirle ser gobernador de Puebla y él se lo concedió.
Empezó la era de un mixteco, de un nacido en Izucar de Matamoros.
